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Hevia, sabor y tradición se dan la mano en este templo gastronómico

Después de 58 años Hevia sigue siendo un referente gastronómico en Madrid con un producto de primera calidad y con un servicio excelente.

Centollo gallego del 'señoret'. | Hevia

Todo empezó cuando en 1964 Pepe Hevia decidió abrir un restaurante en Madrid en el que introducir productos gourmet: pescados ahumados como el salmón o la anguila, el caviar o los quesos franceses. Desde entonces Hevia ha tenido como santo y seña ser un referente gastronómico en la capital sobreviviendo al paso del tiempo, a las modas y a las crisis, también la del coronavirus.

Salón de Hevia

En los 80, su hija Elena y su yerno, Ismael Martín, refinaron el concepto y reforzaron el estatus de Hevia como un lugar de culto para la sociedad madrileña incorporando otros exclusivos ingredientes como el aguacate –muy difícil de conseguir por aquel entonces–, el tuétano o el foie. Ahora, Fernando e Ismael, nietos de Pepe Hevia, mantienen viva la esencia de un restaurante clásico, elegante y con un muy buen servicio.

En este restaurante ubicado en el número 118 de la Calle Serrano de Madrid el producto de temporada y de primera calidad es el protagonista. Destacan ahora mismo la caza, las setas, las verduras y los platos de cuchara, amén del marisco. Y de Galicia llega un inconmensurable centollo del 'señoret', con el cuerpo y las patas limpias dentro de su caparazón sin ningún tipo de aderezo, listo para comer sin mancharse las manos y disfrutar a cucharadas de todo su sabor.

Centollo gallego del 'señoret'

Sabor y tradición se dan la mano en este templo culinario del barrio de Salamanca. La estacionalidad también juega con las verduras y con su espectacular menestra de verduras con su 'pilpil'. Un guiso delicioso que su propio caldo adquiere una untuosidad similar al tradicional plato vasco.

Menestra de verduras con su 'pilpil'

La decoración del local recuerda a esos ambientes caseros que te atrapan y que te llevan a otra época con maderas, tapizados, juego de luces, mesas vestidas con manteles blancos y vajilla y cubertería clásica, que también se agradece para disfrutar de una comida en familia, con amigos, de un encuentro especial con tu pareja o una reunión de trabajo en su salón o en la terraza, perfectamente acondicionada para las distintas estaciones del año. Pero también tienes la opción de un picoteo informal gracias a una extensa carta de barra.

Otro plato sencillo pero delicioso es el huevo frito con trufa. Los huevos pasan dos días herméticamente cerrados junto a la trufa para que su aroma penetre por los poros de la cáscara y tengan ese toque trufado tan característico.

Huevo frito con trufa

Y un clásico en Hevia es el tronco de bonito escabechado en salsa de perdiz, con un poquito de cebolla fresca y patatas fritas. Un combinación increíble que mezcla en tu boca el sabor de la caza con el del pescado.

Y para poner el broche final a este espectáculo gastronómico que nos ha ofrecido Fernando e Ismael, la mejor tarta de chocolate del mundo. No es que lo diga yo, es que se llama así y está muy buena y se puede encargar para llevar o comprarla en las dos tiendas donde las hacen.

Además, puedes pedir la comida para llevar a casa o para recogerla en el restaurante y su oferta incluye parte de los platos de su carta –ensaladilla rusa con ventresca, gildas, gamba blanca, su famoso calamarcito gallego, los callos "Hevia 55", tartar de atún rojo, tacos de merluza, rabo de toro, steak tartar...– y pueden solicitarse bajo pedido menús navideños y platos concretos como mariscos, becada rellena y el cocido los viernes y sábados.

El ticket medio en Hevia está entre 50 y 60€ por persona.

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Terraza en plena calle Serrano.

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