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Platos típicos de Extremadura

Extremadura tiene una gastronomía que todos reconocemos por las migas pero, no es solo eso. En LD te contamos más sobre los platos tradicionales.

Migas extremeñas. | Flickr/CC/rofi

Llegar hasta Extremadura supone una inmersión en un mundo de ingredientes y productos que se han fraguado durante siglos por la más pura naturaleza. Extremadura tiene un color, un olor y un sabor especial ¿a qué sabe? Sabe a vino, a queso, a miel, a ibéricos de la Dehesa, a denominación de origen, a pimentón de la Vera....

La riqueza de sus manjares, de sus sierras y llanos convierten Extremadura en una de las despensas más valiosas de nuestro país. Prueba de ello son las diez Denominaciones de Origen y las dos Indicaciones Geográficas con las que cuenta. Sabia naturaleza, afortunado nuestro paladar.

La gastronomía de Extremadura es muy rica y variada. De fama nacional e internacional son sus jamones, corderos asados y chanfainas, pero el buen comer en la comunidad va mucho más allá de eso. Por ello, si piensas visitarla, debes conocer sobre sus platos típicos, para que verdaderamente captes la esencia de Extremadura desde tu paladar.

Migas extremeñas

Las migas son famosas en Extremadura pero no son exclusivas ya que también se cocinan en Andalucía y La Mancha ¿cómo se preparan? Pues son un plato sencillo ya que hay que prepararlas en una sartén friendo el pan junto con sus acompañantes como puede ser tocino o chorizo. Una vez preparadas, los trabajadores comían directamente de la sartén.

De origen pastoril, este plato no es exclusivo de Extremadura. Las migas fueron creadas para no desperdiciar el pan que se endurecía, por lo que es este el ingrediente principal, en forma de migas claramente, a las que se le agregan tocino, chorizo, pimientos, sardinas, y todo aquello que se prefiera en cada localidad.

Caldereta de cabrito

La caldereta es otro de los platos emblema de la gastronomía de Extremadura. Con cordero o cabrito, aunque también existe con otras carnes, es bastante común ver una gran caldereta en reuniones familiares y comidas de celebración como plato estrella. Y es que, además de estar buenísima, se puede preparar con antelación, pues al dejarla reposar coge cuerpo y sabor, y poco cuesta hacer caldereta en grandes cantidades.

La manera tradicional de preparar una caldereta de cabrito, así como el resto de tipos, consiste en realizar una cocción en una gran sartén de hierro o caldero sobre las brasas. No obstante, para hacerlo asequible a la gran mayoría de hogares, la caldereta también va a salir rica en una cocina y puedes usar la olla que tengas en casa o incluso la olla exprés.

La caldereta es una receta sencilla, que no requiere un gran despliegue de medios. Basta con ir echando los ingredientes dentro del caldero a su debido momento. Eso sí, el secreto de una buena caldereta de cabrito o cordero es que nos quede la carne tierna, por lo que para hacerlo de la manera tradicional necesita una cocción larga a fuego lento.

Gazpacho extremeño o cojondongo

Este plato era muy consumido por los agricultores y pastores de Extremadura a la mitad de la mañana veraniega, como un gran y nutritivo además de refrescante que permitía hacer frente al típico calor de la zona, pero sin hartar el estómago.

En Extremadura se conoce como cojondongo, o cojondongo de gañán y es una especie de puré o gazpacho espeso hecho con miga de pan, ajos, aceite, vinagre sobre el que se coloca un picado de cebolla, tomate y pimientos. El principal elemento distintivo del gazpacho extremeño es que incluye miga de pan y yema de huevo como espesante, lo cual hace que se asemeje más al salmorejo cordobés que a un gazpacho como tal. Asimismo, incluye Pimentón de la Vera como aderezo para potenciar la tonalidad roja del preparado final y otros productos vegetales como pimiento y cebolla.

Más tarde a la receta se le añadió picadillo de tomate, pimientos y cebolla, con lo que se completó el cuadro de la receta tal cual se consume hoy y expende en muchos establecimientos gastronómicos de la comunidad.

Helado de picota del Jerte

Las picotas son una variedad de cereza grande y muy roja, casi granates, que se recogen en el famoso Valle del Jerte (Extremadura). Es muy famosa por su característica apariencia, frescura y gran sabor, es una de las estrellas del verano. Además se utiliza normalmente en repostería, escarchada o en almíbar. Siendo así, esta deliciosa fruta hace una combinación perfecta para convertirse en helado.

La Picota del Jerte es una cereza originaria del Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, donde se cultiva tradicionalmente desde el siglo XVII. Las picotas del Jerte se cultivan entre montañas de más de 2.000 metros de altitud, en tierras fértiles, regadas por arroyos de aguas cristalinas y respirando aire puro.

Cuando tienen el grado óptimo de madurez, la recogida de picotas se realiza de modo artesanal, a mano y con cestas de castaño, siguiendo una tradición secular. Después, las picotas del Jerte son seleccionadas a pie de árbol, una a una, para el envasado final y distribución al consumidor.

Chanfaina

La chanfaina es un receta tradicional que se origino en los antiguos señoritos, cuando los señores encargaban al pastor que sacrificara algún cordero para comerlo, asado en la manera tradicional. Los pastores preservaban para sí las partes menos nobles del animal, con las que elaboraban las chanfainas. En Fuente de Cantos, se celebra la Fiesta de la Chanfaina, declarada de interés turístico regional. Tiene un carácter gastronómico y se celebra el último domingo de abril.

Al igual que la paella, el preparado admite varios ingredientes y formas de realización. Los componentes principales son carne de cordero y sus patitas, sangre cocida, ajo, cebolla, guindilla y laurel. La chanfaina es una de las recetas más típicas y tradicionales de Extremadura, así como de otras regiones como Salamanca, Elche, león, Ávila y Palencia.

Croqueta torta del casar

Las croquetas son uno de los platos más versátiles que existen en la cocina, en esta ocasión se une a uno de los productos estrella más populares de Extremadura como es la riquísima Torta de Casar.

La torta del Casar es una torta de queso artesana con denominación de origen protegida. Se elabora en la sierra norte de San Pedro en Cáceres con leche cruda de oveja que se cuaja con cuajo vegetal y se madura como mínimo 60 días. Es uno de los quesos más ricos y conocidos de toda Extremadura junto con la torta de la Serena.

Su textura es cremosa, untuosa. Lo mejor es dejarlo a temperatura ambiente y tomarlo del tiempo para apreciar todas sus características. Su sabor intenso llena la boca, sin duda, un manjar. Es una receta muy original que se puede servir como aperitivo para compartir y las croquetas no son excesivamente pesadas porque apenas llevan harina. Combinan estupendamente tanto con tinto como con blanco por su intenso sabor e incluso le va estupendamente alguna cerveza artesana.

Bacalao en salazón

El bacalao en salazón e una forma procesada de bacalao que consiste en practicarle la deserción mediante sal (salazón). Esta presentación hace que se puede conservar en un lugar seco durante varios meses. La variedad más apreciada es «gadus morhua». La pieza de bacalao curada recibe el nombre de acallada y posee un forma casi triangular.

El bacalao, como pescado de vigilia, llegó con los portugueses y vascos desde Terranova y fue protagonista de la cocina cuaresmal en los hogares católicos, ya que la iglesia ordenaba abstenerse de comer carne en Cuaresma. Antiguamente el pescado tenía un largo camino desde el litoral hasta el interior. El transporte era lento, por lo que no aguantaba fresco. El bacalao seco y salado se convirtió en el rey de la Cuaresma.

Bolla de chicharrón

Bolla de matanza o torta de chicharrones una receta muy antigua tradicional en varias zonas de España como en Segovia y Extremadura. Las bollas de chicarrones son unos dulces tradicionales que se elaboran a partir de los chicharrones o manteca de cerdo, un receta que ya preparaban nuestros abuelos y que ha permanecido por su sabor y sencillez.

Cierto es que por sus ingredientes constituye un plato muy calórico, pero para postres de almuerzos o meriendas invernales es aprovechable, siempre y cuando la jornada no esté marcada por un sedentarismo que impida quemar esas calorías de las bollas.

Repápalos o huevecillos de pan

Los Repápalos con leche o huevecillos de pan es un postre tradicional extremeño que se elabora con la miga generalmente de un pan de pueblo que se ha preparado en horno de leña. Es una receta muy sencilla y rápida de hacer, un postre que recomendamos tomar cuando hace calor después de meterlos en la nevera para tomarlos fresquitos.

Su elaboración tradicional es la siguiente: se humedece el pan, preferiblemente de hogaza, con el fin de desmigajarlo mejor. Una vez tiene su punto, se amasa con huevo batido para conseguir una pasta trabada con la que se hace una bola, cuyo tamaño oscila entre el de una ciruela y el de un albaricoque.

A partir de ese momento se procede a elaborar la especialidad de cada casa o de cada momento: de Cuaresma, de Semana Santa, de fiestas locales y hasta de bodas, dependiendo de la disponibilidad de ingredientes y gustos de los comensales.

Existe una gran diversidad de recetas dulces y saladas. En todos los casos se acaban friendo en aceite de oliva muy caliente y a partir de este punto, su elaboración se prolonga como componente de algunos guisos en ciertas circunstancias y especialidades.

Dulces varios

La repostería extremeña está cargada de matices según la comarca en la que te encuentres: perrunillas, mantecados, huesillos y floretas inundan las casas extremeñas. Lo bueno es que estos dulces son fáciles de encontrar recientes en las cientos de tahonas que pueblan la región. En Cáceres puedes probar dulces típicos como el biscuit de higo, un postre que hace referencia a un producto estrella de la región: los higos. Los bombones de higo también son otra delicatessen a tener en cuenta si te hallas por estos lares.

Pipiragaña

Similar en su propósito al cojondongo, la pipirigaña es un plato creado para comer a media mañana y refrescar el cuerpo sin hartarlo. Más que típico en toda Extremadura, es habitual en Tierra de Barros, en Badajoz, fundamentalmente en Los Santos de Maimona.

En esencia constituye un picadillo de hortalizas de temporada, en el que los no pueden faltar el tomate, el pimiento y el pepino. Ocasionalmente puede añadírsele melva, atún o caballa y, siempre es aliñado con el exquisito aceite que se produce en Extremadura.

Sopicaldo

Este caldo extremeño convenció al mariscal Soult para no asaltar Cáceres en plena Guerra de la Independencia. Extremadura es tierra de mucho calor. De ahí que muchos de sus platos más típicos se sirvan y degusten fríos, para agasajar al paladar y el cuerpo, pero sin someterlo a las sudoraciones típicas de los grandes atracones con comida caliente.

Así, el sopicaldo, un término que en varios lugares de España se usa para referir sopas, en Extremadura denota un plato frío hecho a base de carne asada, que mayormente es pollo.

Para acompañar esta carne los extremeños preparan una salsa con yema de huevo y almendra molida, que luego aderezan con azafrán y vierten sobre la carne para ponerla a enfriar. Mientras más frío, más rico estará el sopicaldo.

Ajoblanco

Para quienes no gusten del tomate Extremadura dispone otra de sus típicas sopas frías. Se trata del ajoblanco, que consiste en un preparado muy refrescante que hará relajarnos si visitamos la comunidad en verano. Cierto es que goza de fama también en Andalucía, pero es muy típico en Extremadura, convergencia que con seguridad está influida por la cercanía existente entre ambas regiones.

El ajoblanco, que según se estima tiene su origen en la gastronomía romana, lleva pan, almendras molidas, agua, aceite de oliva, ajo, vinagre y sal. La mezcla de todos ellos arroja una sopa de color blanco, muy rica y realmente refrescante. En Extremadura gustan de acompañar este plato con uvas, higos o torreznos, y puede degustarse en bares, fondas y establecimientos rurales.

Frite de cordero

No podemos hablar de la gastronomía extremeña sin hacer mención a la calidad de sus ibéricos. La ternera, el cabrito, el cordero y el cerdo ibérico son los reyes de la Dehesa, de los pocos lugares donde estos animales pastan y retozan en total libertad y rodeados de la más pura naturaleza.

No es de extrañar que uno de los platos extremeños por excelencia tenga como protagonista a una de estas majestuosas piezas cárnicas: el cordero, producto Denominación de Origen Protegida desde 1995.

Con él se elabora el frite de cordero, o caldereta de cordero, un plato que suele aderezarse con tomates y pimientos originarios del Valle del Alagón, uno de los bocados geográficos más ricos de Extremadura. Según el recetario tradicional, este plato pastoril se elabora en un caldero de hierro sobre el fuego. Consiste en añadir trozos pequeños de cordero y patatas, sazonados con un mix de ingredientes infalible: pimentón de la Vera, cebolla, ajo, perejil, laurel y vino. La madre de todos los corderos hecha receta.

Zorongollo

El Zorongollo es un plato muy típico de la zona de Cáceres y de La Vera. El Zorongollo extremeño se caracteriza por ser una deliciosa ensalada de pimientos única en su especie gracias al exquisito sabor que le da el aliño que se incorpora una vez que los pimientos están asados. Además, se suele añadir cebolla, huevo y pan.

Típico de Cáceres y la región de la Vera, hoy en día se puede encontrar por toda la comunidad extremeña, muy similar a tantas otras preparaciones tradicionales huertanas de los países mediterráneos. La elaboración más básica se compone de pimientos asados bien aliñados con buen aceite, añadiéndose normalmente cebolla y huevo. El pan es imprescindible.

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