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Platos típicos de Castilla-la Mancha

Castilla -la Mancha cuenta con paisajes de ensueño y un clima ideal, sobre todo en verano, pero sin duda nos quedamos con su gastronomía.

Castilla -la Mancha cuenta con paisajes de ensueño y un clima ideal, sobre todo en verano, pero sin duda nos quedamos con su gastronomía.
Miguelitos de La Roda | Flickr/CC/Manel

Castilla-la Mancha se caracteriza por sus paisajes llenos de campos y sus pueblos con encanto, además de las ciudades también con mucho encanto e historia. Como punto importante de estas tierras, su gastronomía se caracteriza por emplear ingredientes sencillos pero de gran calidad con protagonistas claros como el pan, la carne y las verduras y cereales de sus tierras. De hecho, a menudo las recetas surgieron a raíz de la necesidad de dar salida a sobras de comida.

Los productos locales, que se aprovechan al máximo, vienen del campo, el monte y la huerta y esto hace que se respire naturaleza en cada plato. Aunque , al ser una comunidad autónoma tan grande, cada provincia tiene sus particularidades, también se ven influencias de otras comunidades vecinas pero hay ciertos platos que son ya icónicos de su gastronomía.

Destaca la abundancia de verduras locales, la importancia del pan y las legumbres, la caza y la carne de animales de granja, sin olvidar los quesos. Cabe señalar que casi todos, por no decir todos, los platos típicos de Castilla-la Mancha son ideales para la época de frío, que es dura en esta comunidad.

Migas manchegas

Probablemente sea el plato más típico de Castilla-la Mancha, ¿cómo se prepara? Empleando migas de pan duro, que se saltean en una sartén con ajo y jamón o tocino o morcilla, y se añade bien de pimentón. A menudo se acompaña por unas uvas blancas, y, lo que sí que no puede faltar a unas buenas migas, es un huevo frito al final del plato.

Este plato era típico plato de pastores, porque es una comida que da energía y, además, es deliciosa, normalmente acompañado de uvas y a veces también coronadas con huevo.

Sopa de ajo

Esta sopa nació como una manera de aprovechar el pan viejo, es una receta muy sencilla y humilde y, sobre todo, perfecta para entrar en calor. ¿Cuál es el secreto? Ninguno, simplemente se prepara con un sofrito de ajo y taquitos de jamón, al que se añade pan duro, pimentón y caldo. Dos minutos antes de sacar la olla del fuego, añade un huevo por comensal para que se escalfe… y ya tienes una receta rápida y con la que seguro triunfarás.

Conocida esta receta como sopas de ajo o sopa castellana, es de esos platos de cuchara tradicionales que reconfortan solo con el nombre, por ello también es de esos platos que no faltan en la mesa cuando llega el frío. Pocos y humildes ingredientes que dan una sopa de gran sabor, sobre todo si cuidamos el fondo y usamos materia prima de buena calidad. Lo habitual es servirla con huevos, mezclando la clara por un lado y añadiendo la yema cruda al final.

Atascaburras

El nombre ya lo deja intuir: no es un plato para nada ligero que consiste en bacalao desalado y mezclado con patatas cocidas machacadas, ajo y aceite. Cuando el plato está listo se sirve con nueces y rodajas de huevo duro. Perfecto para los días de mucho frío.

Es un plato de ingredientes sencillos pero muy nutritivo y energético, de ahí su nombre. Se cuenta que lo inventaron unos pastores hambrientos en un día de frío en la sierra, y al comerlo afirmaron que "harta hasta a las burras".

Pisto Manchego

Uno de los platos manchegos más populares, además destaca por la sencillez de su elaboración. ¿Cómo se prepara? Se prepara con un sofrito de tomate, pimiento, cebolla, calabacín y ajo. Lo más típico es comerlo como acompañante de un huevo frito, como plato único, o junto a platos compuestos principalmente por carne.

Al pisto manchego lo conocemos ya en toda España simplemente como pisto, aunque es cierto que hay muchas variantes con diferencias más o menos notables según la región. Originalmente el manchego solo consistía en el sofrito de pimiento y tomate, pero lo habitual es incorporar, al menos, también cebolla, ajo y calabacín. Caliente o frío, solo, con huevo, pan o jamón, es una verdadera delicia para repetir y repetir. Además, este no es un plato excesivamente contundente, por lo que puede servir tanto para comida como de cena.

Gazpacho manchego

Posiblemente al leer la palabra gazpacho se te haya pasado por la mente la imagen del andaluz, pues olvídalo porque no tiene nada que ver. De hecho es un guiso caldoso y caliente que se cocina con carne, normalmente de conejo, pollo o perdiz y cuyo ingrediente fundamental son trozos de torta cenceña manchega, un pan ácimo que se prepara sin levadura.

Por su condición, este gazpacho es más apropiado para la temporada de invierno. Además, uno de los puntos clave es la torta cenceña manchega ¿en qué consiste? Se trata de un pan sin levadura, plano y crujiente, que se suele vender ya preparado para añadir o usar como base. En El Quijote aparece mencionado como galiano.

Ajo mataero

El curioso nombre de este plato se debe a que era uno de los que nunca faltaba en la matanza y suele encontrarse principalmente en Albacete. ¿Cómo se prepara? Con pan desmigado, piñones, ajos, especias e hígado de cerdo, todo mezclado y machacado. Se toma durante los meses más fríos, aprovechando el hígado de cerdo y el tocino de la matanza, por eso su nombre y la época del año en la que suele hacer, la temporada de matanza.

Como casi toda la comida manchega, es un plato muy sencillo, rápido de hacer, sabroso y contundente que precisamente es costumbre tomarlo el mismo día de la matanza, aprovechando la materia que se está obteniendo del cerdo.

Cordero manchego

El cordero manchego es una delicia, tanto si se prepara al horno de leña como en su versión a la caldereta. Es un plato que suele comerse en Nochebuena, pero puede degustarse en cualquier época del año. El cordero puede prepararse de varias maneras, guisado, al horno, con salsas o solo, sin embargo, la más tradicional es en caldereta o al horno.

Caldereta de cordero

El cordero es un animal que tiene mucha tradición en la vida manchega, y aparece en muchos de sus platos típicos. La caldereta es quizá la receta estrella en la que brilla esta carne, que goza de denominación de origen. Simplemente asado ya se considera un manjar, pero la caldereta es un guiso muy tradicional que merece la pena probar, especialmente en días fríos.

Queso Manchego

Es DOP y se hace con leche de oveja de raza manchega, con maduración mínima de 30 días. Puedes probarlo en tabla de quesos, en tapas con aceite de oliva o mermeladas/membrillo…

El queso manchego se distingue de otros tipos de queso porque el corte se suele presentar liso, y con "ojos" pequeños repartidos de forma desigual. Así mismo la masa que lo compone suele tener un aspecto muy homogéneo, si la porción de queso está envasada al vacío, esta debe también estar identificada con una contraetiqueta pequeña.

Miguelitos de la Roda

El origen de los miguelitos de la Roda se remonta a mediados de los años 60. Ideado y creado por Manuel Blanco, el cual bautizó así este pastel de hojaldre escarchado y crema pastelera en honor a uno de sus mejores clientes y amigo Miguel Ramírez, apodado ‘Miguelito’, quien fue el primero en probar y reconocer la magnificencia de su creación, preguntando con curiosidad como llamaría al nuevo pastel.

¿Cuál es el secreto de Los Miguelitos de La Roda? El secreto radica en tratar materia prima de calidad, trabajarlas con mimo y elaborarlo de forma tradicional. Hojaldre hecho a mano, crema pastelera de elaboración propia y rellenados en el momento de ser servidos para su venta. Manteniendo así la textura crujiente del hojaldre.

Asadillo manchego

También aprovechando los productos de la huerta, el asadillo manchego se prepara asando unos buenos pimientos rojos que se combinan con tomates sofritos, ajo, comino y aceite de oliva. Servido con huevos es una gran ensalada y también se convierte en una guarnición ideal de carnes y pescados.

Perdices a la toledana

Su nombre no da lugar a dudas, las perdices a la toledana son un buen ejemplo de receta castellana de caza. Más suave que el escabeche, esta preparación de la carne de ave genera una salsa deliciosa para mojar pan, que a veces puede incorporar zanahorias y otros ingredientes, según el cocinero. Mejor en cazuela de barro, si podemos.

Codornices en escabeche

Como técnica de cocina usada originalmente para conservar alimentos, el escabeche es típico en muchas zonas de España, pero tiene arraigo especial en La Mancha. En realidad codornices y perdices son intercambiables en sus recetas, pero lo que está claro es que si podemos acceder a aves de calidad, merece la pena recuperar esta receta para aprovecharla en los menús de casa.

Gachas manchegas

Hoy en día usamos el término gachas para designar a la avena o porridge, pero en realidad esta bonita palabra solo define a una masa muy blanda, normalmente a base de cocer alguna harina en un líquido. Así son las gachas manchegas, únicas en su especie por la contundencia energética y por el ingrediente clave, la harina de almortas.

Flores fritas

El apartado dulce manchego tampoco se queda atrás en especialidades suculentas, con muchas recetas de gran arraigo tradicional. Se nota la influencia de otras culturas como la árabe, y hay postres con versiones similares en otras regiones. Las flores fritas son muy típicas en Semana Santa, con una masa similar a las hojuelas, las cuales nos pueden recordar a los pestiños por el uso de la miel.

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