La situación crítica de la hostelería parece haber quedado atrás. Es un hecho que se constata en los distintos locales de las ciudades españolas, sobre todo en algunas que han tenido unas restricciones más fuertes como es el caso de Barcelona. Por eso da gusto entrar en Nomo Gràcia y ver que el servicio está al cien por cien.
Éste es el primer local, de los siete que tiene ya en Madrid y Barcelona, que abrió el grupo catalán de gastronomía japonesa Nomo, y destaca por su ambiente cosmopolita, moderno y acogedor, con elementos que ofrecen calidez como el acero oxidado y la madera, en el que sobresale la imponente barra roja que te recibe al entrar en el restaurante y en la que te puedes sentar, ya sí, para comer algo rápido y ver cómo los sushi-men elaboran los platos.
Con un ambiente para todos los públicos, destaca un coqueto reservado -ver en la galería de fotos- con una mesa circular para hasta siete comensales y perfecto para una cena romántica, para ir con amigos, familia o para celebraciones en petit comité. También hay mesas en toda la alargada sala para dos o cuatro personas. También puedes disfrutar de su estupenda terraza a los pies de una de las principales calles de la ciudad condal, aunque su ubicación exacta sea en la calle Gran de Gràcia, 13.
Productos de máxima calidad
Pero como lo importante de todo restaurante es el comer, nos centraremos a partir de ahora en la propuesta gastronómica preparada por el chef japonés Naoyuki Haginoya en la que ha utilizado el mejor producto local como fuente de inspiración. Por eso empezamos con un extraordinario tataki de atún en el que el pescado está ligeramente sellado para que coja el sabor de la plancha y que funda a la perfección con la suave crema de aguacate.
Siguiendo con el atún, esta vez crudo, probamos el taco toro de ventresca de atún en el que la finísima torta del taco acompaña este delicioso bocado con un sabor que queda potenciado por la yema de huevo y las huevas de salmón que lo coronan.
La carta de Nomo es bastante amplia y cuenta con preparaciones para todos los gustos, entrantes japonenes, arroces y fideos, pescados y carnes a la brasa, tempuras y el clásico sushi en sus distintas elaboraciones.
Y como hablamos de un producto de primera calidad, el ceviche de vieira japonesa con puré de boniato, cebolla roja, cancha y cilantro aliñado con leche de tigre de maracuyá y ají amarillo, está para no dejar ni la concha. Al igual que las navajas gallegas con alga marinada y kimchi en el que el sabor del molusco y el alga contrasta con la salsa coreana que le da un toque ligeramente picante y delicioso.
Nomo tiene su origen en la Ciudad Condal y es la historia de un proyecto familiar impulsado por Borja Molina-Martell junto a su hermano Juan Molina-Martell, su cuñado Ramón Jiménez y el chef japonés Naoyuki Haginoya. Además de los siete restaurantes, cuentan con su propio servicio de take-away y de delivery, llamado Nomomoto, que activaron a los pocos días de decretarse el confinamiento de marzo de 2020 y opera en Madrid y Barcelona.
Continuando con el espectacular trato que dan en Nomo a la materia prima, destaca también el tataki de salmonete, sin una sola espina, que lo acompaña con el crujiente de los tirabeques al wok, el sabor cítrico de la salsa ponzu y el ligero picor de las hojas de wasabi.
También es brillante lo que hacen los sushi-men con los nigiris. Probamos tres, el nigiri de pez mantequilla con crema de trufa negra, el de pez mantequilla gratinado con salsa de queso ahumado y miso y el de hamburguesa de wagyu. Los tres deliciosos pero destacaría el de carne, por su sabor y contaste con el resto de la comida, estando los otros dos también muy buenos. Y para terminar, uno de los postres típicos japoneses per con una vuelta de tuerca. El crunchy mochi relleno de crema de mango y crema de avellana con cobertura de chocolate.
En definitiva, Nomo Gràcia y el resto del grupo, son una opción perfecta para los amantes de la cocina japonesa, elaborada con maestría pero a un precio asequible ya que su ticket medio ronda los 40€. Arigato gozaimasu!
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