Llegar al restaurante Dani Brasserie, del tres estrellas Michelín Dani García, es estar dispuesto a una extraordinaria experiencia gastronómica que funde a la perfección lo culinario y lo estético, al estar emplazado en uno de los hoteles más lujosos de Madrid, el Four Seasons. Y más ahora que acaba de celebrar el primer año de vida, un año que no ha sido nada fácil con la pandemia del coronavirus y la tormenta Filomena, pero que deje el nivel de su cocina en el cielo madrileño.
La misma fachada del hotel, en la esquina de la calle de Sevilla con la calle de Alcalá ya te da una pista de lo que te vas a encontrar al subir a la séptima planta: la majestuosa entrada al restaurante, la barra, el lounge, su sala principal y, como no, la terraza con una de las mejores vistas de la capital.
Pero si espectacular es el entorno, el servicio no le va a la zaga ni mucho menos la comida en la que no podía faltar alguno de los platos icónicos del genial cocinero marbellí. Aunque puede parecer banal, el aperitivo de anacardos macerados en salsa soja están deliciosos y te emplazan a lo que está por venir. El tomate nitro y gazpacho verde, con tomate seco, pimiento verde y tartar de quisquillas, es uno de los platos que hay que pedir para que tu paladar sea consciente de todo lo que el chef te quiere decir, con su combinación de texturas y sabores que te dirán que tienes que volver a probarlo.
La carta de Dani García está repleta de ganchos a sus orígenes andaluces y a aprovechar el mejor producto que se obtiene de las costas españolas, como el atún de Barbate. En la carta lo puedes degustar de distintas formas, pero nos decidimos por el descargamento de atún de Barbate con pimientos amarillos, lima y aceituna negra. Es la parte interna del lomo negro que se sitúa junto a la espineta y que mezclado con esa salsa cítrica realza el sabor de un pescado tan apreciado.
El guacamole "preparado en mesa" con tomates semi secos, edamame, pipas de girasol y tempura tampoco es el típico que te puedes comer en un mexicano ya que su preparación y añadidos le da ese toque especial.
Porque Dani Brasserie no es un restaurante para todos los públicos. Su cocina de alta gama y su ubicación ya te hace una idea de cuál puede ser su ticket medio. Sobre todo si vas a comer uno de sus platos que hay que probar: la hamburguesa Rossini de lomo Simmental madurado, foie gras y parmesano. Efectivamente pagar 32€ por una hamburguesa puede parecer exagerado, pero quizá si te decimos que es una de las mejores que he probado y de las mejores que te puedes comer en este momento, la cosa cambia. La carne es deliciosa y mezclada con el foie y la salsa de Dani García te deja con ganas de repetir una y otra vez.
También muy rico está el arroz de navajas con morcilla de Ronda y piel de limón, con el punto perfecto del arroz y una combinación de mar y montaña muy agradable al paladar.
Como platos principales además probamos una riquísima lubina salvaje con crema de hinojo, patata y mejillón de roca y un picantón de corral en dos vuelcos relleno de foie gras y trufa. Si el pequeño pollo, conocido como coquelet en Francia, está muy bueno, su relleno servido a parte en una sartén está de oreja y vuelta al ruedo.
Para la ocasión probamos un extraordinario vino tinto Caballero Zifar, DO Ribera del Duero de la bodega Pago de Cirsus & Bodegas Zifar.
Para completar la faena probamos tres de los muy ricos postres que ha diseñado el chef para completar la experiencia. Un éclair de chocolate y almendra, el frescor andalusí de naranja, crema de pistacho, flor de azahar y helado de té moruno y la maravillosa tarta de manzana con crema de almendra y amarula, vainilla y helado de yogur.
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