Siete años lleva en pie el algo más que chiringuito de La Milla y siete años lleva siendo una de las grandes referencias culinarias del sur de España. Ubicado en la playa de Nagüeles, entre los selectos hoteles Marbella Club y Puente Romano, sigue apostando por el producto fresco y de extraordinaria calidad con unas maravillosas vistas al mar.
El proyecto gastronómico de Luismi Menor y César Morales podemos considerarlo como un auténtico templo del producto y de la cocina andaluza, posicionándose como uno de los mejores chiringuitos de la Costa del Sol.
Es un espacio recientemente reformado de la mano de BSR Arquitectura y de la interiorista Marta Zarzalejos, que ha dado como resultado un atractivo y acogedor espacio. Pero vamos a lo realmente importante, su comida.
Producto de primera calidad
Para abrir boca te sirven de aperitivo una tosta con tartar de gambas y su cabeza frita. Delicioso manjar que te pone alerta de la magnífica materia prima que se sirve en La Milla.
El arte del tartar lo tienen muy logrado Luismi y César y lo comprobamos con el tartar de atún con yema de huevo curada en soja, acompañado de sus claras fritas y caviar. Sin duda es una mezcla que resulta muy atractiva aunque las claras fritas a modo de tosta pueden resultar algo pesadas.
La experiencia se completa con una amplísima bodega con una selección de más de 900 referencias nacionales e internacionales, champagnes de pequeños viticultores, generosos y dulces. Aconsejados por su sumiller Caroline Wästersved probamos Whispering Angel, un rosado que forma parte de la gama de vinos con los que Château D’Esclans impulsó el Rosé Renaissance y que te traslada a la Provenza francesa a través de sus notas florales y a frutos rojos.
Y si vas a La Milla tienes que probar uno de sus platos más ilustres. Una fama que ha conseguido a base de una mezcla de mar y montaña realmente exquisita. Se trata del carabinero a la brasa, patatas chips, huevo frito y caviar. El camarero te lo muestra en la mesa y se ofrece a prepararlo para que el comensal no tenga nada más que hacer que disfrutar de cada bocado.
Tampoco se queda atrás el manejo de las brasas. Te ofrecen una amplia variedad de productos que pueden ser degustados de esta forma y nos decidimos por las cigalas, abiertas por la mitad y en la que la deliciosa y melosa carne del marisco se mezcla con el sabor de las brasas para hacerlas más sabrosas si cabe.
Y si de fuego hablamos y estando en la provincia de Málaga, el arte del espeto es elevado a la enésima potencia en este local. La lubina al espeto que degustamos está a la altura de muy pocos restaurantes. De una calidad extraordinaria y con una carne asada en su punto justo para que quede tersa y suelta.
Amplia carta
La carta de La Milla está compuesta principalmente por marisco y pescado procedente de las costas andaluzas, una selección de la mejor materia prima que se adapta siempre a la temporalidad, disponibilidad del producto y a las capturas diarias: desde boquerones, sardinas, quisquillas, y salmonetitos, a lubina, dorada y bogavante nacional.
El chiringuito cuenta con una amplia lista de sugerencias del día que complementan la carta principal. Un menú compuesto por Clásicos de La Milla como los langostinos pil-pil, gazpachos andaluces, ensaladas como el "picaíllo" de tomate del terreno con lomo de atún en aceite y la burrata con tomate, helado de aguacate, mejillones escabechados y vinagreta de pesto, y una selección de elaboraciones en crudo. Por otro lado, destaca la fritura tradicional andaluza de pescado, como los boquerones de la Bahía de Málaga; arroces y paellas como su arroz, Ibérico con láminas de jamón ibérico Carrasco; la selección de pescado y marisco fresco al espeto, y las carnes en horno de brasa.
Casi con el verano cumplido y el otoño a las puertas hay que recordar que, pese a ser un chiringuito de playa, se puede disfrutar de su gastronomía durante casi todo el año con un ticket medio de de 60-100€.
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