En este podcast Kelugares, Kelu Robles entrevista a Sergio García, coordinador de la Burgos Film Commission y miembro de la Asociación Cultural Sad Hill, para repasar los mejores escenarios donde se han rodado todo tipo de producciones audiovisuales en la provincia burgalesa.
Con su riqueza en paisajes y patrimonio, no es de extrañar que Metallica arranque todos sus conciertos con un recorrido por la provincia de Burgos. Lo hace al toque de "The Ecstasy of Gold", tema inconfundible de El bueno, el feo y el malo, spaghetti western protagonizado por Clint Eastwood y rodado en parte en el cementerio de Sad Hill, cerca de Santo Domingo de Silos. La provincia de Burgos es escenario habitual de cine y son muchos los títulos que han utilizado sus localizaciones. Disfrutar de ellos es una estimulante forma de viajar desde casa y sumergirse en un destino que sorprende y mucho Burgos es un destino de película.
Uno de los primeros largometrajes rodados en la provincia fue El Lazarillo de Tormes. Era 1959 cuando Cesar Fernández Ardavín decidió adaptar este clásico de la literatura al cine. El director se convirtió de esta manera en el primer español en ganar el Oso de Oro del festival de Berlín y la cinta, protagonizada por Marco Paoletti y Carlos Casaravilla, mostró al mundo lugares como el Lagar de los Tobalina de Frías, la ciudad más pequeña de España, o la villa ducal de Lerma, diseñada hace cuatro siglos para el disfrute del rey Felipe III.
Años después, en 1963, Julio Coll rodó en Salas de los Infantes, en Santo Domingo de Silos y en el desfiladero de La Yecla el thriller Los muertos no perdonan. En su periplo, un joven parapsicólogo, encarnado por Javier Escrivá, busca una explicación a la muerte de su padre. Más allá de su argumento, la película sirve para descubrir varias localizaciones al suroeste de la provincia en las zonas de Demanda y Pinares.
El bueno, el feo y el malo (1966). La película de Sergio Leone se rodó en varios puntos de la provincia: en el municipio de Carazo, en el monasterio de San Pedro de Arlanza en Hortigüela, junto al río Arlanza y en el valle de Mirandilla, en los términos municipales de Santo Domingo de Silos y Contreras. En la grabación, participaron vecinos de estos pueblos, estudiantes y militares. Fueron ellos, los soldados del ejército de Franco, los que se encargaron de levantar las 5.000 tumbas del cementerio de Sad Hill donde se desarrolla esa famosa escena del duelo a tres donde se escucha la frase: "Eh, rubio, ¿sabes de quién eres hijo? Eres un hijo de mil padres". De su conservación se encarga la Asociación Cultural Sad Hill.
Veinte años después, en 1986, Antonio Giménez Rico llevaba al cine la adaptación de El disputado voto del señor Cayo, obra de Miguel Delibes, uno de los mejores novelistas españoles. Si bien el escritor era vallisoletano de nacimiento, Delibes sentía una gran afinidad por la provincia de Burgos y en especial por el Valle de Sedano, del que confesó: «Para sentar las cosas desde un principio diré que Sedano es mi pueblo, un pequeño gran pueblo de Burgos, donde la gente llega a vieja comiendo manzanas y miel». Como escenario de la película, Antonio Giménez Rico eligió Pesquera del Ebro, en el ayuntamiento de Sedano, un lugar que Delibes sentía como propio: «Así que Sedano es mi pueblo y no por casualidad de haber nacido en él, sino por decisión deliberada de haberlo adoptado entre mil».
Javier Fesser creó un universo único en su primera película, El Milagro de P. Tinto (1998). Esos mundos imaginarios y surrealistas existen y se encuentran en La Revilla, un pueblecito en el entorno de la sierra de la Demanda. Su viejo apeadero se convirtió en el hogar del señor P. Tinto y su mujer, Olivia. Aunque hace mucho que no pasan trenes por allí, en los mundos de Fesser cada 25 años aparece el Expreso Pendular, trayendo a sus personajes bizarros. Cinco años después, Javier Fesser regresó a la provincia de Burgos para rodar parte de La gran aventura de Mortadelo y Filemón, basada en las historietas de Francisco Ibánez. Eligió para ello Aranda de Duero.
José Luis Garci rodó algunas escenas de El abuelo en el Monasterio de la Vid, en La Vid y Barrios, cuya historia se remonta al siglo XII, cuando el noble Domingo Gómez de Candespina fundó una de las dos primeras abadías premonstratenses del país. El abuelo, largometraje basado en un libro de Galdós y protagonizada por Fernando Fernán Gómez, llegó a Hollywood (fue candidata a los Premios Óscar como Mejor Película de habla no inglesa) y, con ella, la autenticidad de la provincia de Burgos.
Y siendo 2021 y 2022 Año Jacobeo, ¿qué mejor momento para recordar una de las obras que homenajean al Camino de Santiago? The Way, dirigida en 2009 por Emilio Estévez y protagonizada por su padre Martin Sheen. El Camino cuenta la historia de un californiano que peregrina con las cenizas de su hijo, fallecido cuando iba camino a Santiago. Una buena manera de adentrarse en alguna de las etapas burgalesas de esta gran ruta.
El Cid, estrenada recientemente en Amazon Prime Video, lleva al espectador a descubrir gran parte de la provincia, con localizaciones en Frías, uno de los Pueblos Más Bonitos de España, o el Monumento Natural Monte Santiago, un increíble emplazamiento natural al noreste de la provincia dominado por un frondoso hayedo y el espectáculo del salto del Nervión, el más alto de España, en forma de cola de caballo.
Burgos Film Commission es una oficina de captación de producciones audiovisuales que busca facilitar las grabaciones en la provincia y proyectar este territorio que ofrece una enorme variedad de escenarios, facilidades para los rodajes y buenos profesionales del sector. Es también una buena fórmula de atraer a turistas interesados en el cine, un tipo de viajero que busca conocer los escenarios de sus películas y series favoritas.
Burgos es origen de la lengua castellana, del primer hombre europeo, cuna de leyendas, cruce de caminos, así como punto de partida de relevantes hechos históricos que han dejado un legado cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico. A su vez, Burgos es destino para todos aquellos que buscan un viaje lleno de sensaciones donde el patrimonio, la naturaleza, la gastronomía y la historia van de la mano.