Actualmente el sector del turismo está sufriendo un parón mundial nunca visto antes y la recuperación se espera larga y costosa, aunque esperanzadora. En estos duros días de confinamiento que nos ha tocado vivir como consecuencia de la pandemia de coronavirus es necesario recordar, de vez en cuando, alguna de las maravillas arquitectónicas y artísticas hechas por la humanidad hasta la fecha y que están mucho más cerca de lo que parece, aunque ahora permanezcan cerradas. Dos de esos ejemplos de lugares únicos, en este caso en Europa, son los palacios de Versalles, en Francia y el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, en España.
El palacio de Versalles
El palacio de Versalles es un edificio que desempeñó las funciones de una residencia real en siglos pasados, ubicado en el municipio francés de Versalles, cerca de París, en la región Isla de Francia, su construcción fue ordenada por el rey Luis XIV, y constituye uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes e impresionantes de Europa. Sus datos por sí mismos estremecen: 67.000 metros cuadrados de edificio, (de los cuales 50.000 están abiertos al público), con 700 estancias, 2.513 ventanas, 352 chimeneas, 67 escaleras, 483 espejos (repartidos en la Gran Galería, Salón de la Guerra y Salón de la Paz).
Actualmente Versalles es un palacio nacional puesto al servicio de la presidencia de la República y cumple a la perfección como complejo protocolario. En él se recibe a los jefes de Estado extranjeros, como el rey Felipe VI cuando realiza algún viaje oficial a la vecina Francia. En 1987 también tuvo lugar la reunión del G7.
El palacio de Versalles está administrado desde 1995 por el establecimiento público del museo y del dominio nacional de Versalles y en él trabajan 900 personas, 400 de ellas destinadas a la vigilancia. Más de 3 millones de personas por año visitan el palacio y más de 7 millones los jardines. El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Sus impresionantes jardines
Situados al oeste del palacio, los jardines cubren aproximadamente 800 hectáreas de superficie, la mayoría tratada como jardín francés, al estilo de André Le Nôtre.
Entre sus atractivos se encuentra el Gran Canal. Habilitado entre 1668 y 1679, es la creación más original de André Le Nôtre. Con sus 23 hectáreas, sus 60 metros de ancho, sus 1700 metros en dirección este-oeste y sus 1000 metros en dirección norte-sur, este permite observar de un solo vistazo la belleza y la magnitud del dominio en un emplazamiento que el propio arquitecto de Luis XIV estudió minuciosamente para crear una perspectiva perfecta. Las bicicletas no están permitidas en los jardines, en cambio, sí están permitidas en el parque y es posible alquilar una bicicleta cerca de la Petite Venise, en la Reja de la Reina o en la Puerta de San Antonio. El paseo en primavera o verano es verdaderamente recomendable.
El palacio de La Granja
El palacio La Granja de San Ildefonso, parte de Patrimonio Nacional, está situado a escasos 14 kilómetros de Segovia en el pueblo del mismo nombre y es conocido como el Versalles español, aunque en un tamaño más pequeño. El rey Felipe V (nacido curiosamente en Versalles), su impulsor, pretendió hacer de este enclave situado en la sierra de Guadarrama, antiguo coto de caza utilizado como tal en la Edad Media, una réplica de su Versalles natal a través de la construcción del palacio y jardines, algo que casi consigue. En lo que más invirtió dinero la Corona fue en los jardines, donde destacan sus espectaculares 26 fuentes con estatuas de mármol y de bronce de temática mitológica aunque por la cantidad de agua que necesitan para ser puestas en funcionamiento únicamente se ponen en marcha tres días al año todas a la vez (30 de mayo, 25 de julio y 25 de agosto) El interior del palacio cuenta también con estancias como la famosa Galería de Espejos o la de Columnas, a imagen y semejanza de su hermano mayor.
Este particular enclave segoviano, ubicado en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, fue declarado por la Unesco en 2013 Patrimonio Mundial como Reserva de la Biosfera. A solo 80 kilómetros de Madrid y a unos 14 del centro de Segovia, cada verano miles de personas acuden para comprobar la belleza del Palacio Real y las 26 fuentes monumentales de sus extensos jardines.
Los jardines del palacio de La Granja
Sus 146 hectáreas de bosques, zonas ajardinadas, fuentes y estanques, y el espectacular Palacio Real, reflejan el lujo en el que vivía la monarquía española del siglo XVIII y son una excusa perfecta para darse una vuelta cuando el turismo y los viajes vuelvan a estar permitidos. Un lugar ideal para recorrer durante una jornada sin salir de España.
Entre bosques y zonas ajardinadas, se construyeron 26 fuentes monumentales que son alimentadas por un sistema de tuberías de 13 kilómetros de hierro fundido que garantizaba su perfecto funcionamiento y un gran estanque bautizado como el Mar con capacidad para 216.000 m3 de agua. También tiene un raro laberinto con muros de frondosa vegetación de gran altura.
Como dato curioso todos los elementos que conforman los jardines de La Granja, se encuentran detallados en el libro de Dezailler D’Argenville, La Theorie et la Practique du Jardinage, en donde además se dan claras instrucciones sobre cómo hay que realizar y disponer de forma ordenada de todos ellos.
