A finales de febrero los aeropuertos marroquíes controlaban la expansión del coronavirus repartiendo documentos en los que el pasajero se limitaba a firmar si tenía fiebre o si procedía de China.
Justo antes del inquebrantable huracán mundial de confinamiento, un micrófono de esRadio viajaba hasta el Alto Atlas marroquí para registrar cómo es la cara más rural y bereber del país.
En este nuevo episodio del podcast Kelugares, Kelu Robles teletransporta a los oyentes a ese momento de inocencia —e ignorancia— ante lo que llegaría posteriormente.
Ese Marruecos alejado del bullicio de las medinas, del olor a gasolina de sus viejos ciclomotores y del aroma a especias en sus zocos se mostraba así ante el micrófono de esRadio. Por aquel entonces, el adhan —la llamada al rezo— marcaba el ritmo del día a día. ¿Coronaqué?, decían.