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Una ruta por La Mancha más esencial: vino, queso y paisajes de cuento

Esta bella e histórica región española está impregnada de aromas queseros, mucho vino y paisajes dignos de la mejor literatura universal.

Los molinos de viento de Consuegra fueron construidos en la primera mitad del siglo XIX, se llegaron a contabilizar hasta 10. | David Alonso Rincón

Pensar en La Mancha es traer a la memoria la imagen bucólica de grandes llanuras con enormes extensiones de viñedos, recordar el aroma delicioso del queso manchego o visualizar la postal más que literaria de los molinos de viento vigilantes sobre algún cerro entre sus extensas planicies. Esta bella e histórica región está situada en la actual comunidad autónoma de Castilla La Mancha, en el centro de España y parte esencial de la misma, ocupando parte de las actuales provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.

Sin entrar en la profundidad de la historia de esta tierra, que merecería ser contada en otro artículo, La Mancha vivió siglos de Reconquista, posteriormente su destino se vio ligado al poder de la Orden de Santiago o la de Calatrava, más adelante llegó el Reino de Castilla para dominar esta tierra que alcanzó finalmente fama mundial gracias a Miguel de Cervantes y su célebre Don Quijote de la Mancha.

La magia sobre la montaña de Consuegra

El recorrido podría comenzar en la localidad de Consuegra y, como no podía ser de otro modo, un fuerte viento parece dar la bienvenida a los viajeros que deciden visitar alguno de los molinos más famosos del mundo (sin querer menospreciar a los de otros pueblos como Campo de Criptana o Alcázar de San Juan). La Mancha es una tierra privilegiada por sus condiciones geográficas, climatológicas y del terreno, apto para multitud de cultivos, como el cereal, principal motivo de la existencia de molinos de viento y, por supuesto, la vid. Y es este regalo natural de la tierra lo que llevó a que se extendiera rápidamente el cultivo de viñas, prácticamente por toda la zona, pues es fácil su desarrollo, al tener un terreno calizo generoso y unas temperaturas ideales para la óptima maduración de la uva. Esta imposición natural ha endurecido a sus gentes y propiciado una gastronomía contundente y sabrosa.

Con unas 600.000 hectáreas en toda Castilla la Mancha, esta región cuenta con la mayor extensión de viñedo del mundo, 19 veces más grande que La Rioja. De dicha extensión forman parte distintas Denominaciones de Origen que regulan el cultivo, y la D.O. La Mancha participa en ello con unas 180.000 hectáreas.

Consuegra destaca entre los pueblos de La Mancha con su skyline de molinos de viento, apreciable a varios kilómetros de distancia, que permanecen vigilantes e impasibles, junto a su imponente castillo uno de los mejor conservados de toda Castilla-La Mancha, cuyos muros han visto pasar a visigodos, musulmanes y cristianos sobre una pequeña loma que se eleva sobre el pueblo.

Aunque en el siglo XVIII al parecer existirían ya dos molinos, uno de ellos se piensa que es del siglo XVI. Tras las distintas reconstrucciones llevadas a cabo en diferentes épocas, se conservan en el siglo XXI doce de los trece molinos que en su día llegaron a coronar el Cerro Caldérico. Actualmente han dejado de realizar su función como molinos y se usan para fines turísticos, algo que se nota nada más llegar a la cumbre. Varios autobuses repletos de visitantes, sobre todo asiáticos, llenan de vida este cerro de fama mundial. Gracias a la afluencia de tanto turismo al emplazamiento se ha podido recuperar por completo El molino Rucio, que mantiene la maquinaria original y en el que se realizan moliendas tradicionales. También es curioso poder disfrutar de la experiencia de un almuerzo en el interior de uno de estos cilindros de piedra, que han evolucionado hasta convertirse en gastromolinos, una nueva vida para estos grandes señores de las llanuras manchegas.

Los famosos y únicos molinos de viento de la Mancha se reparten por las distintas poblaciones que componen el resto La Mancha, como puede ser Herencia, Campo de Criptana, Alcázar de San Juan y Mota del Cuervo.

Tomelloso, ciudad de cuevas

De camino a Tomelloso, vamos observando el mar de viñedos que se pierden en la lejanía y lo primero que nos encontramos al entrar en la ciudad es la Bodega Virgen de las Viñas, Cooperativa y Almazara, que ostenta el título de ser la mayor de Europa por su producción. En 2018 se recolectaron más de 300 millones de kilos.

Su nombre corresponde a la denominación del paraje en el que se encuentra: El Tomelloso, aldea que fue creciendo en torno a un viejo pozo utilizado por los pastores de la zona para su ganado y abastecer a la gente de paso.

Tomelloso alcanza su apogeo en el último cuarto del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, debido a la desastrosa plaga de filoxera que afectó a los viñedos franceses en la segunda mitad del siglo XIX, entrando por Burdeos y extendiéndose por toda Francia y parte de España y que, en cambio, sí fue bien soportada por las vides de La Mancha, con lo que la necesidad de atender a un mercado que se había quedado totalmente desabastecido propició un considerable filón económico para esta comarca.

La enorme producción vinícola, unida a las pésimas vías de comunicación de la localidad, propiciaron el desarrollo de gran número de empresas de licores desde finales del siglo XIX hasta mitad del siglo XX, las cuales mediante destilación alcohólica reducían el volumen de la producción facilitando así su transporte y comercialización. Estas alcoholeras, en un primer momento propiedad de vecinos de Tomelloso y junto a ellos, más tarde, de importantes empresas del sector nacional como Osborne, se establecieron aquí y llevaron a Tomelloso a ser el primer productor de alcohol de vino del mundo a mitad del siglo XX, posición que sigue ocupando hoy en día, junto con la del mayor producto vitivinícola de Europa.

Hoy cuenta con una población cerca de los 40.000 habitantes y con distintas industrias metalúrgicas, transporte por carretera, calderería, construcción, etc. Siendo un referente en la provincia y ello le ha llevado a ser la tercera ciudad mas importante de Ciudad Real.

Unos de los atractivos turísticos de Tomelloso, como destaca SelfieTour, empresa especializada en enoturismo y viajes a medida por la zona, es la bodega antigua de la familia Perales, que se fundó en el año 1.900 y que estuvo en uso hasta el 1.986. Los descendientes han querido mantenerla intacta tal y como se quedó en su último año de elaboración, algo que es de agradecer al realizar la visita por su interior, húmedo y que casi parece haber dejado de utilizarse hasta antes de ayer.

Las cuevas de Tomelloso son únicas en España, no hay ningún terreno que reúna las características de este subsuelo, que permita excavar grandes cuevas que luego puedan sustentar la construcción de casas o bodegas. Según los vecinos del pueblo "la ciudad está sobre miles de cuevas".

Dichas cuevas nacen de la obligación de tener un material como la tierra de carácter semiarcilloso, para poder edificar las casas y bodegas, que también se utilizaba para la construcción de los muros de mampostería de las casas. Las cuevas son proporcionales en tamaño a las casas, es decir, que cuando terminaban de construir la casas, dejaban de excavar. Es por ello que Tomelloso está totalmente hueco en su subsuelo llegándose a contabilizar más de 2.000 cuevas.

En un principio cada familia elaboraba su propio vino en su casa, algo que queda patente cuando uno pasea por sus calles fijándose en las aceras y las lumbreras, pequeñas ventanas a modo de tragaluz que se construían en las cuevas para que tuvieran ventilación.

El motivo de dicha ventilación tiene una importancia vital, ya que el proceso de fermentación en las cuevas produce monóxido de carbono consumiendo el oxigeno de toda la cueva y debido a ello se han producido a lo largo de los años numerosas muertes de bodegueros y operarios que por exceso de confianza en su trabajo.

Los datos de las bodegas en La Mancha

La D.O. la Mancha se extiende por cuatro de las cinco provincias de Castilla La Mancha, Albacete, Ciudad Real, Cuenca, y Toledo, con un total de 264 bodegas. Más de 20.000 viticultores en alrededor de 280 bodegas, casi la mitad de las cuales exportan sus vinos a todo el mundo, y realizan su crianza en barricas de roble.

Sus variedades blancas son la Airén, Macabeo, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo, Moscatel de grano menudo, Pedro Ximénez, Parellada, Torrontés, Gewürztraminer, Riesling y Viognier. Las tintas, Tempranillo, Garnacha, Moravia, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Graciano, Malbec, Cabernet Franc y Pinot Noir.

La Bodega y Almazara Virgen de las Viñas es la mayor bodega de Europa, que en 2018 ha recolectado más de 300 millones de kilos, actualmente más de 1500 socios y exporta más del 60% de su producción. Entre las más conocidas se encuentran Vinícola de Tomelloso, Bodegas Verum, Bodegas Lahoz o Bodega Casaquemada.

Para finalizar la ruta vinícola y panorámica por La Mancha es recomendable hacer una parada en Los Arcángeles, una pequeña finca a unos pocos kilómetros de Tomelloso, que bien podría ser comparada con el rancho de la mítica serie Falcon Crest. En su idílico interior se ubica una yeguada con un centro deportivo ecuestre pensado como un oasis para los caballos y en la que los adultos, y sobre todo los niños, pasarán un rato divertido en pleno campo.

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