Sólo hay dos deltas en Europa Occidental que merezcan tal nombre y en los que se hayan preservado la mayor parte de los valores naturales propios de esas zonas a mitad de camino entre la tierra, los ríos y el mar. Uno es el pequeño Parque Nacional de De Biesboch, en Holanda, el otro es uno de los parques más conocidos del continente y, sin duda, el espacio natural con más prestigio internacional de España: el Parque Nacional de Doñana.
Aunque también hay zonas en las provincias de Sevilla y Cádiz, la mayor parte del territorio del Parque está en la de Huelva, lo que convierte a la provincia fronteriza en una de las que tiene un patrimonio natural más rico de toda España y, probablemente, de todo el continente. El parque es además el mayor hogar de una especie tan bella, tan característica y tan amenazada como el lince ibérico
El lince es una de las joyas de un patrimonio que destaca por su variedad, ya que en Doñana es un lugar en el que caben varios ecosistemas que, pese a sus interrelaciones, resultan muy diferentes desde el punto de vista paisajístico. Esta variedad es una de las razones para que el parque sea un auténtico paraíso para las aves y, de hecho, su observación es una de las opciones turísticas más destacadas dentro de un subsector, el turismo ornitológico, que está creciendo día a día en muchos lugares de España.
Además de observar aves, Doñana ofrecer muchas posibilidades para conocerlo, a pesar de las lógicas restricciones que hay que tener en cuenta en un espacio natural de tanto valor que es necesario preservar. Aún así, una extensa red de caminos hace posible una gran cantidad de excursiones en formatos muy diferentes: a pie, en bicicleta, a caballo o incluso en todo terreno.
Además, dentro del parque y como ejemplo de la relación de siglos con los humanos, encontramos enclaves tan característicos y conocidos como la aldea de El Rocío, en Almonte, punto de llegada de una de las romerías más conocidas de España.
También existe la posibilidad de acercarse al parque a través del Guadalquivir, con el buque Real San Fernando, que parte de Sanlúcar de Barrameda y ofrece no sólo un acercamiento muy interesante a la historia del parque, lo que ha sido la vida allí durante siglos y sus valores naturales, sino también una ruta de una impresionante belleza paisajística.
Capital gastronómica
En prácticamente todas las ciudades del mundo la ubicación geográfica ha definido el carácter de la gastronomía local. Huelva no es una excepción pero sí un caso evidente de que esa vinculación con el espacio circundante puede ser, en ocasiones, una auténtica lotería.
Ese ha sido el caso de la cocina onubense, que ha tenido la suerte de poder acceder a los mejores productos tanto del mar como de la sierra. Por supuesto, estamos hablando de productos míticos como el jamón de Jabugo o el no menos famoso marisco de la zona, pero más allá de los casos concretos se trata de una tradición de calidad que se extiende a las carnes, especialmente las ibéricas en sus diversas variedades –la pluma, el secreto, la castañuela, la carrillera o la chacina-; y también a los pescados; el pargo, el atún, el lenguado, el salmonete, la acedía, el pez espada al que llaman aguja palá o el choco, la versión local de la sepia.
Además, tal y como ha ocurrido en buena parte de nuestro país en los últimos años Huelva ha elevado el nivel medio de su gastronomía, algo que era fácil partiendo de esas materias primas, pero que no todos los destinos han conseguido del mismo modo.
Un gran momento gastronómico que se puede palpar con la existencia de restaurantes de referencia como el Acánthum de Xanty Elías, que con unos pocos años de existencia consiguió la primera estrella Michelin de la historia de Huelva; y un nivel de calidad que ha sido certificado de forma casi oficial con la concesión del título de Capital Española de la Gastronomía durante este año 2017.
La distinción se concede a destinos que tengan algo especial que ofrecer desde el punto de vista gastronómico y, un dato que no deja de ser relevante, Huelva ha sido la primera ciudad costera en recibirla. Ser Capital Española de la Gastronomía está significando para Huelva un año lleno de eventos y propuestas que está sirviendo para aumentar el número de turistas que recalan en la capital andaluza y, sobre todo, una llamada de atención para una ciudad que ya es y a la que todos debemos ver como un destino gastronómico de primera.