La última edición de la Guía Michelín ha certificado el desplazamiento del foco gastronómico español de Barcelona a Madrid, Andalucía, las Baleares y las dos Castillas. Hasta hace un par de años, el eje vasco-catalán, con evidentes síntomas de decadencia, retenía la atención de los inspectores de la publicación de las estrellas respecto a la cocina de restaurante española. Las preferencias actuales residen en Madrid y en Andalucía, donde despunta una nueva generación. Cinco restaurantes madrileños han obtenido una estrella por sólo uno en Barcelona. Y sólo un restaurante español ha obtenido la segunda estrella, Aponiente, el del "chef del mar", Ángel León, en Cádiz. Dicho cocinero se ha convertido, por tanto, en el gran triunfador en un año particularmente decepcionante en Cataluña.
Entre los triestrellados no hay movimientos, pero la balanza se desequilibra por completo en el apartado de los restaurantes que alcanzan su primera estrella. Son en Madrid: Albora (David García), DSTAgE (Diego Guerrero), La Cabra (Javier Aranda), Punto MX (Roberto Ruiz) y Montia (Luis Moreno y Daniel Ochoa) en San Lorenzo de El Escorial.
Tres primeras estrellas han caído en las Islas Baleares, en los restaurantes Can Dani (Formentera), Andreu Genesta (Capdepera) y Simply Fosh (Palma). En el País Vasco, Aizian (Bilbao), Elkano, (Guetaria). En Castilla-León, La Lobita (Soria) y Abadía Retuerta LeDomaine (Sardón de Duero). En las Islas Canarias, Kazan (Santa Cruz de Tenerife). En la Comunidad Valenciana, Casa Manolo (Daimús-Valencia). En Asturias, El Retiro (Llanes). En Galicia, Nova (Orense). En Castilla-La Mancha, El Carmen de Montesión (Toledo). En Aragón, Tatau Bistró (Huesca). En Cataluña Pakta (Barcelona), el restaurante de Albert Adrià y Kyoko Li.
Tan magro reconocimiento a la restauración en Cataluña ha causado una gran conmoción en el selecto club de los cocineros catalanes. Carme Ruscalleda y los Roca mantienen sus tres estrellas, pero David Muñoz está a la cabeza del pelotón con su DiverXo, cuya irrupción todavía es tendencia. El gaditano Ángel León aspira a sucederle en el trono de gran promesa. La decepción en la prensa barcelonesa, muy atenta al sector de la hostelería, es patente. De la exaltación del crédito de la citada guía con titulares a toda portada se ha pasado a informar sobre los cambios en páginas interiores y sospechas sobre la ecuanimidad de los agentes gastronómicos. El ambiente en el mundillo de los críticos de los medios catalanes oscila entre el estupor, la decepción y el desasosiego.