La consejería de Turismo de la Junta de Castilla y León ha decidido promocionar conjuntamente las celebraciones de Semana Santa más importantes de la región, 22 de las cuales están declaradas de interés turístico.
Ocho de estas celebraciones, las de Ávila, León, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora, reciben la máxima calificación en este sentido: son de Interés Turístico Internacional. Esto convierte a esta comunidad en la autonomía española que más de festividades de Semanas Santa tiene con este rango.
Las cifras, y sobre todo la importancia y la tradición de los festejos, permiten a la Junta lucir un eslogan que tiene bastante de cierto: la Semana Santa más grande del mundo.
Las citas más importantes
La Semana Santa de Ávila, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga una de las procesiones más importantes de Castilla y León, que se celebra el Miércoles Santo: la del Cristo de las Batallas, que sale del convento de Mosén Rubí. La imagen titular es un pequeño busto del siglo XV que acompañó a los Reyes Católicos en sus campañas bélicas, de aquí su nombre.
En León, cuya Semana Santa se remonta al siglo XVI, destaca por su mezcla de arte y devoción religiosa. El primero gracias a los incomparables pasos que participan en sus procesiones, obras de los talleres de Juan de Juni, Gregorio Fernández, Luis Salvador Carmona, Víctor de los Ríos o Francisco Díez de Tudanca.
Lo segundo gracias sobre todo a las dieciséis cofradías y hermandades penitenciales -algunas con más de cuatro siglos de existencia- que organizan una treintena de procesiones y otros actos en las que desfilan por las calles de la ciudad, con un centenar de espectaculares grupos escultóricos portados a hombros por los braceros.
La más antigua de España
La Semana Santa de Medina del Campo cuenta con las más antiguas procesiones de disciplina de España. Fue el dominico San Vicente Ferrer, en 1411, quien instituyó estas procesiones, siendo esta villa la primera que representó la Pasión de Cristo por sus calles. Pocas ciudades viven como esta la Semana Santa y prueba de ello son los más de 3.000 cofrades con los que cuenta una localidad de poco más de 20.000 habitantes.
No menos espectacular es la de Medina del Rioseco, con sus bellas tallas, realizadas por los imagineros más relevantes de los siglos XVI y XVII. Los pasos son portados a hombros por los miembros de las 16 cofradías de la ciudad, entre las angostas calles de la zona medieval.
Palencia mantiene activas cuatro de las cofradías penitenciales más antiguas que se crearon en la Vieja Castilla a partir del Concilio de Trento, que han pervivido durante varios siglos. Así, no es extraño que pervivan tradiciones como el original "tararú" que identifica las paradas y reanudación del desfile a través del toque de trompeta y el coro de niños.
Salamanca, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, tiene una de las costumbres de la Semana Santa más arraigadas de la historia española y que no se vio suspendida ni siquiera en tiempos de la República: la celebración de Los Oficios en la capilla de la vieja Universidad, junto a las cenizas de Fray Luis. Es el Jueves Santo cuando se hace este acto litúrgico y académico, que entre los docentes está considerado como claustro extraordinario.
Dos grandes: Zamora y Valladolid
La Semana Santa de Valladolid es una de las más conocidas de España y lo es por méritos propios y, especialmente, por su celebración del Viernes Santo, que empieza por la mañana en la Plaza Mayor con el Sermón de las Siete Palabras, que antes es anunciado con un poético pregón por diferentes puntos de la ciudad.
Por la tarde llega la procesión, cuyo recorrido coincide con el contorno de la ciudad antigua y en la que participan miles de cofrades. Se sacan los pasos más significativos de la Pasión: la Cena con los Apóstoles, la Oración en el Huerto, el Prendimiento, el Ecce Homo, el Azotamiento, los Preparativos para la Crucifixión, las Siete Palabras de Cristo en la Cruz, con siete pasos, la muerte y el Descendimiento de la Cruz, la figura Yacente e introducida en un sepulcro y la Soledad de la Virgen. Esta Procesión General de la Pasión está formada por 31 pasos, tallados en su mayoría en los siglos XVI y XVII, que sacan las 19 cofradías penitenciales.
Zamora, por su parte, presume –con razón- del recogimiento, el silencio y el sentimiento religioso que preside su espectacular Semana Santa, especialmente el que se vive en las procesiones nocturnas y de madrugada.
Se caracteriza por mantener viejas costumbres, tradiciones y personajes, como "El Barandales" y "El Merlú", que preceden y anuncian sonoramente el cortejo que llega por detrás. O la Procesión del Silencio y la Toma del Juramento que tienen, incluso, connotaciones legendarias.
Y estas son sólo las más importantes, pero ciudades como Astorga, Burgos, Peñafiel –de Interés Turístico Nacional-, Ágreda, Aranda de Duero, Bercianos de Aliste, El Burgo de Osma, Navaluenga, Ponferrada, Sahagún, Segovia, Soria, Tordesillas o Toro –de Interés Turístico Regional- son fiestas que merece la pena conocer e incluso vivir.