Hasta que eres madre solo tienes como referente de esta palabra a esa mujer que siempre está a tu lado, que siempre tiene el mejor consejo, el mejor consuelo, la sonrisa siempre eterna por cansada o mal que esté, la que cuida, mima y ayuda. La que sabe de todo, la que puede con todo. Y ahora, lo eres tú. Y es entonces cuando entran los miedos. ¿Seré yo todo eso? ¿Seré como mi madre?
Y te das cuenta de que te queda mucho por hacer. Pero vas por buen camino porque ya has descubierto el sentimiento que encierra esa palabra: mamá.
Para celebrar el día de la madre hemos recopilado testimonios de algunas madres recientes:
"Hago dibujitos a las once de la noche para dejárselos en la mesilla de noche a mi hija de cuatro años para que sepa que, aunque llego tarde del trabajo y no puedo darle el beso de buenas noches, me acuerdo de ella y la quiero mucho".
"Hasta que de repente un día cualquiera, a las tantas de la madrugada y exhausta después de meses sin descansar, la sostenía en brazos dormida tras darle de comer y sentí que, a pesar de todo, no la cambiaba por nada".
"He descubierto que, por muy miedica que haya sido toda mi vida, y soy, aunque me tiemblen las piernas, soy capaz de cruzar la casa más tenebrosa para ir en su busca y ver que está bien porque he escuchado un ruido que seguramente haya sido fruto de mi imaginación".
"Hacerla reír es para mí lo más importante de mi día, hacer que se sienta bien, que descubra cosas a través de sus padres, pero también lo que descubre ella por sí sola, y en ese momento estar a su lado para ver su sonrisa, oírla reír y sus reacciones".
"Entrar con mi hijo por la puerta de casa tres días después de su nacimiento. En ese momento me di cuenta de que, por fin, lo había conseguido. De que por fin quedaron atrás nueve meses de incertidumbres y de miedos. Es una sensación que no voy a olvidar nunca: sentir que a partir de ese momento comienza tu nueva vida, que os fuisteis de casa siendo dos y volvéis siendo tres, y que tenéis todo el tiempo del mundo para aprender los unos de los otros. Es maravilloso".
"Nació Marcos, y mi vida y tiempo cambiaron. En ese momento me di cuenta de que mi única prioridad era él y que todos los sacrificios que iba a tener que hacer serían recompensados con su sonrisa. Y así ha sido. Los mejores 6 años de mi vida. ¡No los cambiaría por nada!".
Desde que eres mamá cambia tu visión hacia tu madre
Hasta que eres madre solo tienes como referente a la figura materna, pero ahora tú también lo eres. Por eso, la reacción habitual es valorar mucho más a la propia madre:
"Mi madre es una superheroína y si pudiera llegar a ser la mitad que lo que es ella, yo me conformo".
"Empecé a respetar y a entender a mi madre. Gracias, mamá, por todo".
"Si existen las famosas súpermadres esa es la mía, pero sin darse publicidad como las de ahora, pasando discretamente a un segundo plano y haciéndolo todo con una sonrisa en la cara. Mamá, algún día me tendrás que dar la receta".
"Desde que soy madre me doy cuenta de que cada vez me parezco más a la mía y soy consciente de lo mucho que la necesito, ahora incluso más que antes".
"Estoy feliz de tenerles como padres y de seguir aprendiendo de ellos a disfrutar de la vida, y no voy a tener tiempo, ni en esta vida ni en las siguientes, de agradecerles todo lo que me han dado y todo lo que soy".
Gracias mamás, a las veteranas –las que ya han pasado a otro nivel superior y son ya abuelas– y a las que empezáis. Gracias a nuestros hijos por hacernos sentir, aprender, reír, llorar, querer, disfrutar... vivir. Yo me quedo con esta frase que para mí resume esta palabra: "MAMÁ es dejar a nuestro cuidado el don más grande: la vida".