El síndrome del miedo a volar también me acompaña y me tortura en estos viajes cortos de trabajo en los que no puedo quitarme de en medio como hacía M.A., el personaje encarnado por mi adorado Mr. T en la serie El Equipo A.. Y tienes razón, todo lo relacionado con accidentes de avión, realidad o ficción, me atrapa y no puedo dejar de mirar.
Otro de los síndromes recientemente divulgado como tal es el Síndrome de Noé, que define a las personas que acumulan en su casa animales. Tiene que ver con la piedad y la compasión, con el deseo de ayudar a esos animales necesitados de un hogar. Pero se convierte en un problema cuando la persona pierde la perspectiva y acumula sin sentido. Algunas de estas personas ni siquiera cuidan de los animales, sólo los meten en un recinto que no guarda las más mínimas condiciones higiénicas. Yo nunca alcancé ese extremo, pero es cierto que llegó un momento en que no podía cuidar de mis animales y contraté a una persona para que lo hiciera por mí. Bajaba a los perros tres veces al día, les daba la comida, les limpiaba los dientes, cepillaba a los gatos... y yo los veía cuando podía. Puede parecer una situación cómoda, tienes a los animales y otro se ocupa de las tareas pesadas, como el que tiene hijos y niñeras. Pero a mí me daba cargo de conciencia. Y estaba metida en un loop del que ya no podía salir, con siete animales en casa y los vecinos que nos dejaban perros abandonados en la puerta. Así que el destino me envió de forma repentina y fulminante un nuevo síndrome que padecer, una alergia brutal en forma de sinusitis, asma, erupciones cutáneas, conjuntivitis y toda la parafernalia. Desde entonces tengo alergia al pelo de perros, gatos y caballos y ya no puedo tener animales. Es una pena, ya viste como disfruté el domingo. Me organizaste una sesión de fotos para una revista que prepara una campaña de concienciación para la adopción de animales abandonados. Nos lo pasamos fenomenal con los tres gatitos diminutos. Claro que me tuve que tomar un antihistamínico y aún así padecer las consecuencias de tanto roce. Si no fuera por la alergia, nos habríamos quedado con los tres, más los que ya tendríamos, más los que estarían por venir, así que mi alergia es una terapia obligada contra el Síndrome de Noé..
Contra el incipiente Síndrome de Diógenes que padecemos de momento no hay cura. Mientras exista Ebay estamos perdidos. Cualquier cosa que busquemos existe y está a nuestro alcance. Sobre todo en Ebay.com, porque Ebay.es se ha quedado atrás, superado por Todocoleccion.net, soberbio mercadillo virtual donde dar rienda suelta a nuestra voracidad coleccionista. Te dejo unas fotitos de los último artículos comprados y que aún no han llegado a casa.
No es un síndrome, pero tu dislexia es un clásico en las reuniones de amigos. Es el más difícil todavía, no me digas que no es más fácil llamar a nuestros amigos de Santander Charo y César que Chesar y Zaro, o decir el tiro por la culata que el culo por la tirata. En la última entrada del blog has dejado otro dislexismo memorable, escribes por si mi fuera en lugar de si por mi fuera. A tus dislexismos los amigos los llamamos vaquerizismos. Hace unos días soltaste otro que ha pasado a la historia, en el concierto que disteis Nancys Rubias para H&M. Le dijiste al público buenas noches por venir, en vez de buenas noches, muchas gracias por venir. Nuestro amigo V dice que cuando saquemos el diccionario de vaquerizismos que siempre amenazamos con publicar, se debería titular así, Buenas noches por venir. Con todo y eso, te quiero, y te recuerdo que quedan 36 horas para nuestro décimo aniversario.