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Las Joyas Quinquis

Desde el segundo programa nos convertimos en rendidos admiradores del programa de Tele 5 Las Joyas de la Corona. Digo desde la segunda entrega porque el día de su estreno no conseguimos engancharnos. Siempre nos ocurre con los reality shows de personas anónimas, no sentimos interés por sus idas y venidas. Por eso tenemos en un pedestal aquel experimento llamado Hotel Glam, una casa llena de famosos. Ver cómo se lava los dientes un concursante anónimo nos es indiferente, pero si se trata de Yola Berrocal, capta toda nuestra atención. Observar como un bailarín gira sobre sí mismo nos deja indiferentes, pero si es Carmen Martínez Bordiú la que hace trompos, no podemos perdernos cada semana Mira Quien Baila.

Bien es verdad que algunos de esos concursantes desconocidos acaban convirtiéndose en sub-celebrities nacionales y nosotros tenemos nuestros favoritos (casi nunca los más populares), como la gran Inma, Inmaculada Contreras, de Gran Hermano 7. Como tenemos nuestras Joyas favoritas en el concurso de Carmen Lomana, pero nunca revelaremos quienes son, por educación (y ahora hasta cariño) hacia los demás competidores.

Esta semana se emite el programa en el que fuimos invitados a visitar la casa a conocer a los chicos, y luego estuve en el plató durante toda la gala. Me quedé con las ganas de tirarme por la trampilla de los expulsados, pero pensé que con lo patosa que soy seguro que me rompo algo (y no hablo de los tacones), un lujo que no puedo permitirme a las puertas de la promoción del nuevo disco.

Los espectadores se quedan perplejos ante la falta de conocimientos básicos de los chicos del concurso. Algo parecido a cuando hacen esas encuestas de telediario donde un redactor se planta a las puertas de un instituto preguntando cuestiones básicas como el autor del Quijote o el nombre de algún presidente. Las críticas al programa se han centrado en cuestionar por qué podemos querer participar como voyeurs de tamaña exhibición de incultura y carencia de modales. Bueno, no sé lo que ven los demás en las Joyas, tú y yo disfrutamos como antropólogos frustrados con palabros, gestos y reflexiones que están a años luz de nuestro mundo cotidiano.

Este verano conseguimos escaparnos una tarde a visitar la exposición Quinquis de los 80 en La Casa Encendida. Otra de las perversiones que compartimos es la adoración por el cine de Eloy de la Iglesia y el submundo macarra de finales de los 70 y principios de los 80. Así que disfrutamos repasando carteleras de películas y, sobre todo, recortes de el periódico El Caso, otro de nuestros fetiches. Visto con la perspectiva del tiempo y de este mundo políticamente correcto en el que vivimos hoy en día, resulta un atrevimiento que delincuentes juveniles como El Vaquilla o El Torete se convirtieran en estrellas de cine y figuras mediáticas. Vamos, que nuestras Joyas de la Corona son corderitos al lado de aquellos lobos. Creo que a Eloy de la Iglesia le hubieran gustado estos chicos, quizá hubiera podido hacer una buena película con escenas del parking de la discoteca Fabrik, un universo en sí mismo.

Te dejo las fotos que nos hicimos en la gala de Las Joyas de la Corona con Pepe, el concursante fan de Fangoria y de Nancys Rubias, otra tuya con Jorge y memorabilia de la época quinqui, así como un retrato de Eloy de la Iglesia. Y mi recomendación de YouTube para hoy es nuestro momento favoritísimo de Hotel Glam, cuando Yola Berrocal y Malena Gracia se ofendieron porque Aznar tachó al programa de telebasura y ellas quisieron demostrarle que estaba equivocado.  Malena y Yola lanzan un mensaje al señor Aznar. Impagable.

En fin, no pretendía ponerme teórica, pero sabes que no puedo evitarlo. Te dejo, que me tengo que ir a la radio. Ha comenzado la nueva temporada en EsRadio y ahora los martes retransmiten nuestro espacio de Crónica Rosa por Libertad Digital Televisión. Un desafío para los que participamos en la tertulia, pues nos hemos acostumbrado durante tantos años de programa compartido a las licencias que permite la radio. Vamos, que como no nos ve nadie, nos reímos mostrándonos fotos imposibles de los personajes terroríficos que aparecen en las revistas de la semana, o nos echamos miradas para confirmar que lo que estamos diciendo a micrófono abierto es una ironía mayúscula. Ahora tendremos que controlar nuestro lenguaje corporal. Aunque no creo que seamos capaces...

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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