Perdona por el retraso. Hace mucho que no entraba a escribir en el blog. Un viaje, una gripe, los últimos coletazos para dejar todo listo para la temporada de conciertos, cualquier cosa se cruzaba en el camino para impedirme un momento de calma. Así que mi cuerpo decidió que no podía más y hoy he tenido que anular mis compromisos para recuperarme. Llevaba una semana arrastrándome, con el estómago dando vueltas como el tambor de una lavadora. Cumplía con el trabajo, con el tiempo dedicado a los ratos de ocio. Anoche actué junto a The Cabriolets en una fiesta y ni siquiera me quedé después del concierto para disfrutar de tu sesión de dj. Pero hoy he dormido, estoy descansada y el estómago parece haberse quedado quieto.
Creo que en realidad lo que me ha ocurrido es que me he bloqueado y esta vez he somatizado las inquietudes de la mente. Ya sabes, cuando se alteran mis planes y ocurre algo inesperado me quedo sin reaccionar y entonces paso unos días incapaz de terminar lo pendiente. Es un problema causado por la rigidez de mi estructura mental.
Me había hecho a la idea de que febrero iba a ser un mes bisagra, un momento de transición de una etapa a otra. Mi idea era que en este mes que acaba de finalizar se daba por terminado todo el trabajo iniciado hace un año con el proyecto del disco. Desde entonces no hemos parado, planificación, grabación, portada, vídeos, promoción, preparación de los conciertos, ensayos, y, finalmente, los primeros conciertos. De esa etapa tan expansiva me creía yo que entraba en una más introspectiva. Había empezado a repasar una asignatura de Historia, estoy visitando médicos para revisar la salud, he vuelto a mis clases de foniatría… y, de repente, un proyecto que teníamos olvidado toma forma y en apenas unos días cristaliza. Cambio de planes y calendario a marchas forzadas para ponerlo a punto.
Es una pena que mi cerebro vaya por detrás de mi entusiasmo, pero por lo menos ya me conozco y sé que lo único que tengo que hacer es dejar pasar esos días de desajuste. Creo que ya estoy en forma y con muchas ganas de empezar con todo lo nuevo que nos viene. De momento, y a la vez, a seguir con los conciertos de Fangoria. Mañana tendremos el tercero, en Alcalá de Henares. Este será el primero que afrontamos con tranquilidad, aunque tengo que decir que la parte musical ha estado perfecta desde el principio. Otra cosa ha sido el vestuario, los cambios de una parte a otra… pero para el segundo conseguimos reorganizarnos. Sólo nos faltaba que nos enviaran las plumas definitivas, cuando de repente nos comunicaron que el incendio en los almacenes de las escuelas de Samba en Brasil había trastocado los vestuarios del carnaval de medio mundo. Vamos, que una vez que habíamos montado un espectáculo revistero-vodevilesco, nos íbamos a quedar como gallinas desplumadas. Pero un trato desesperado con un proveedor nos ha vuelto a cubrir de plumas multicolor. Ahora sí que ya está todo, por lo que el concierto de mañana será sólo para disfrutar. Siendo tan cerquita de Madrid, me consta que irán muchos conocidos, aunque no sé, las localidades están agotadas desde hace mucho.
Bueno, el caso es que pospongo mi etapa ultrareflexiva e introspectiva hasta finales de junio, hasta que regresemos del concierto de México. Y ya veremos.
Acabo de repasar tus últimas entradas en este blog y veo que me pides una foto de mi experiencia como cuenta cuentos en la guardería Grey Elephant. Te voy a dejar una que he encontrado en su página web y por eso me atrevo a publicarla, yo no me llevé la cámara porque nunca se sabe hasta donde llega la susceptibilidad de los padres con las fotos de sus hijos. Me lo pasé en grande. Creo que la próxima vez podríamos contar los cuentos juntos, tengo ya ideas para la narración. Te va a encantar. Aunque a veces asustas a los bebés con ese pelo largo. Te dejo también una foto de anoche, antes del concierto, con Bimba, así tienes juntas a dos de tus chicas favoritas.