Gracias por la paciencia y la discreción a todos en Libertad Digital. Ya estamos de vuelta.
¿Qué te voy a contar que no sepas? Sabes que fui extremadamente feliz grabando el disco en Londres, que compartir el día a día contigo y con Nacho es suficiente para hacerme sentir bien, aunque a veces me saque de quicio vuestra alianza permanente para no tomarse nada en serio (que pena que los de Muchachada Nui no conozcan de verdad como es nuestra relación a tres, le hubieran sacado mucho más partido a la imitación que nos hicieron). Y también sabes lo tristes que fueron los últimos días y nuestro regreso a Madrid.
Cada uno de nosotros puede reconstruir las experiencias que vivimos juntos, podremos recordar cada una de sus palabras, el orden exacto de los deseos que expresó y de las penas que contó. De lo que calló por discreción nunca podremos estar seguros. Y nunca sabremos de verdad cómo se colocaban esos pensamientos en su cerebro, ni la jerarquía de sus filias y fobias. ¿Está por delante Siouxsie o Lola Flores?¿Te cansa más trabajar ocho horas o quedarte sin dormir? ¿Qué piensas al despertarte? ¿Por qué has elegido esta ropa, estos amigos? ¿Qué te conmovía cuando leías Las Nieves de Avalon? ¿Te gustas más rubia o morena (aquí dejo dos fotos de Miguel Neira para comparar)? Cada vez que una persona desaparece, se pierde también la estructura personal e intrasferible de sus pensamientos, la forma particular de cuestionarse, reafirmarse o atribularse. Todo lo que Susie ideó o sintió, la forma en que esas sensaciones crearon otras, placenteras, desagradables... todas las cosas increíbles que sólo ella vió, se desvanecen ahora como nuestras lágrimas bajo la lluvia.