Inmersos en la recta final de Supervivientes tras más de 80 días de concurso, Olga Moreno ha mostrado su imagen más vulnerable y, después de demostrar su fortaleza durante todo el reality, se ha hundido al recordar a la hija que tiene con Antonio David Flores, Lola.
"¡Son muchos días y necesito a mi hija!", confesó sin poder contener las lágrimas tras perder las pruebas de recompensa que daban el pase directo a Cayo Paloma y al grupo de la unificación de todos los concursantes. A la sevillana le pesan las semanas en la isla y la ausencia de aliados dentro del concurso, que afronta ya su recta final.
Olga Moreno, naturalmente, permanece ajena a la entrevista que su marido Antonio David concedió en Youtube, en la que rompió su silencio sobre su despido de Sálvame y abordó otras cuestiones relacionadas con Rocío Carrasco.
Mientras que Melyssa Pinto y Alejandro Albalá ganaban las pruebas y abandonaban Playa Destierro para reencontrarse con Lara Sajén, Lola y Omar Sánchez -en la reunificación previa a la final del reality- Olga, Gianmarco y Tom Brusse se quedaron a las puertas. Un duro golpe que tras el que Jordi González les dijo que, para no quedarse con un sabor agridulce, la audiencia decidiría cuál de los tres recibiría una caja llena de fotos y cartas de sus familiares.
"¡Son muchos días, mucho tiempo y necesito a mi hija!", confesó Olga completamente rota y sin poder contener las lágrimas ante la posibilidad de recibir algo de sus familiares y, sobre todo, de su pequeña Lola, de 8 años.
Una desgarradora confesión que llega días antes de recibir la visita de su hermana Rosa Moreno, que sorprenderá a la mujer de Antonio David el miércoles y, a buen seguro, le dará la fuerza necesaria para afrontar esta recta final de concurso en la que los más de 80 días sin ver a su familia están pesando a la sevillana.