Dos noticias de esta semana han inspirado a Monsieur de Sans-Foy y Fray Josepho. La primera, que la fiscal general del Estado ha decidido erradicar el sexismo de las señales de tráfico. Y la segunda, que el escritor y periodista Antonio J. Rodríguez, entrevistado en El Español, ha dicho que “habrá machismo hasta que los hombres seamos capaces de besar otro falo”.
En fin, nuestros poetas, cuyo radicalismo feminista, heterófobo y transgénero está fuera de toda duda, han decidido desarrollar ambos temas.
MACHISMO CIRCULATORIO
por Monsieur de Sans-Foy
Acechando está el sexismo
donde menos te lo esperas,
influyendo en nuestros niños,
para hacerlos unos bestias,
y en las niñas, pobrecitas,
para hacerlas ser heteras.
Menos mal que este Gobierno
sabe qué es lo que interesa.
No se agobia por la crisis
ni se enreda en la pandemia.
El Gobierno sanchiflauta
tiene todas las respuestas,
y nos hace ser más progres
que el chalé de Pablo Iglesias:
así habló Lola Delgado,
Fiscal General de Izquierdas,
cuyo amor por la Justicia
ya quisiera Venezuela:
¡cuidado con las señales!
¡El sexismo nos acecha
en los cruces y rotondas,
con triángulos y flechas!
¿Un ejemplo? Pues la vaca
con la que se representa
el peligro de “animales”
en su variedad doméstica.
Porque, cuando son salvajes,
¡es un ciervo con su cuerna!
¡El varón se mueve libre!
¡A la hembra, se la ordeña!
Sé de ejemplos más sutiles,
pero de peor ralea:
cuando voy a mi trabajo,
dice el límite “noventa”,
pero, como vienen curvas,
lo reducen a “sesenta”
y, pasados unos metros,
vuelve el pérfido “noventa”.
¿Se dan cuenta del machismo?
¿Se dan cuenta de la ofensa:
cómo alude a las medidas
propias de una tía buena?
¡Medidas que cosifican
el contorno de las hembras,
y han de ser eliminadas
de las curvas y las rectas!
(Menos mal que el de Bilbao,
nuestro alcalde peneubestia,
ya ha prohibido que en la Villa
se circule a más de treinta).
¡DESPOJÉMONOS DEL MACHISMO!
por Fray Josepho
Los machos, tan despóticos y chulos,
del tráfico creamos las señales,
y claro, nos salieron patriarcales,
pues somos opresores machirulos.
Pues sí, Sanfuá. Tan tercos como mulos,
queremos ser mejores, nunca iguales,
poniendo en cartelones verticales
machismo abusador, sin disimulos.
Ay, hombres, que perdemos los papeles,
que siempre fuimos bárbaros, crueles,
tiránicos, despóticos y malos...
Ay, machos, brutos, broncos y cerriles,
ya basta de prejuicios varoniles...
¡Pongámonos al fin a besar falos!