El Hormiguero regresó el lunes después de unos días de parón en los que la actualidad informativa por el coronavirus acaparó las cadenas de televisión, afectando también al access prime time. El programa presentado por Pablo Motos estrenó su versión Quédate en casa, un espacio de "emergencia" para seguir entreteniendo a la audiencia en su confinamiento y que cumple las medidas de seguridad establecidas. El nuevo formato temporal se limita a contar con tres colaboradores en plató y dos invitados a través de videollamada. En la noche del lunes fue el turno de Miguel Ángel Revilla y Alejandro Sanz.
Pero la novedad de la videollamada tuvo algunos problemas con los que el programa de Antena 3 no contaba. La conversación entre el presentador y el presidente de Cantabria fue algo complicada debido a la costumbre de Revilla de alargar sus discursos. Pero por si fuera poco, varios espectadores trataron de boicotear la entrevista llamando compulsivamente al programa a través de Skype.
Los troles dieron con la cuenta de Skype de El Hormiguero y comenzaron a llamar insistentemente. Las llamadas aparecían en la parte superior de la pantalla y se fueron acumulando, dejando cada vez menos espacio al entrevistado. En la pantalla aparecieron en total hasta 75 llamadas que dificultaron todavía más la entrevista.
Con cara de circunstancia, Pablo Motos hizo gestos a sus compañeros sin saber qué hacer. "No sé qué estaba pasando todo el rato. ¿Eran llamadas de espera?", dijo Motos al despedir al invitado. Marron trató de rebajar la tensión con una broma: "En una llamada en espera con Revilla hay gente que se ha llegado a jubilar".
Fan de toda esa gente que llama al skype de Revilla para poder ayudar a Pablo Motos para acabar con el, después de tardar 12min en colgar desde la primera vez que le ha despedido. #QuédateEnCasaEH1 pic.twitter.com/ss2Ph4UUkE
— Lucas Rodriguez Castillo (@lucas_rodcas) March 23, 2020