Solo podía quedar uno y al final quedó Omar Montes. El ex de Chabelita, Mahi, Albert y Fabio se disputaban el triunfo en una final inesperadamente insulsa, con algunos de los principales protagonistas (personajes de enorme renombre en el famoseo español) fuera de juego... para muchos, inexplicablemente. Todo el pescado estaba vendido, pero los resultados de audiencia, prácticamente garantizados. Esta no era una noche para la polémica (ya habrá tiempo para eso) sino para la celebración, pensaron en la cadena. Al fin y al cabo, había que premiar supervivientes, no facturadores de polémicas, y en ese aspecto había uno que destacaba de manera indiscutible: el atleta y extronista Albert Álvarez. Pero no, ganó Omar, hasta hace unas semanas el último y más prescindible novio de recambio de Chabelita Pantoja... y ahora personaje por pleno derecho. Porque, en efecto, aquí hubo sorpresa, y de las gordas.
Y no es que no nos hubieran faltado pistas. Un inmaculado y blanquísimo Jorge Javier Vázquez dio inicio a la última gala de Supervivientes en un año en el que ha batido récords reiterados de audiencia como programa más visto de la temporada y el de mejor share de los últimos siete años. La primera parte de la final estaba grabada, dado que no se permite el tráfico nocturno de helicópteros en Madrid. No pasa nada: nada más pisar tierra el programa se deshizo de Mahi, permitiendo a la audiencia disfrutar un poco más de los abdominales al descubierto de Albert, el concursante perfecto.
Todo el desarrollo de la gala dio un giro final imposible de pronosticar hace semanas, al principio del concurso. Los resultados de la primera prueba de la final, el puzzle de la pirámide de Morgan, no fueron precisamente buenos para Omar Montes, que quedó en tercer lugar tras Albert (ganador indiscutible) y Fabio... y muy, muy por detrás de sus dos competidores. La segunda prueba, la de la apnea, acabó igual, con Fabio cediendo ante el aguante submarino de Albert. De los dos, y mucho más tarde, el televoto acabó expulsando a Fabio... ratificando el romance de la audiencia con el ex de Chabelita, consagrado ya como un nuevo personaje de la galería de Mediaset. Se rumiaba en el ambiente un giro sorpresa: el concursante perfecto, Albert, contra el torpe y dicharachero Omar. El cantante, por cierto, clamó a los cuatro vientos que todo lo hacía por su hijo, dando muestras de esa campechanía con la que intentan convencernos que se ha ganado a los espectadores.
Pero hubo más cosas. Uno de los enigmas de la noche era si la orgullosa Isabel Pantoja iba a acudir al plató, ahora que nada se le había perdido. ¿Estaba la tonadillera en el plató esperando al ganador de Supervivientes? Lo estaba, regalando sonrisas gélidas por doquier. "Lo más importante es la salud, me alegro que estén ahí los cuatro", dijo disimulando su desencanto por no haber podido hacerse con el triunfo de una edición de Supervivientes que sí, le ha pertenecido. Su ausencia entre los finalistas era, junto a Colate o Dakota, de lo más notable, y más aún si tenemos en cuenta su millonario cheque, que Telecinco, no obstante, se seguirá cobrando. Porque sí, todavía quedan las exclusivas y el relato de las humillaciones (si quieren una explicación para esas salidas prematuras, ahí la tienen) varias sufridas en Honduras. Omar, que ha sabido ganarse a la reina de Cantora sumándose a su odio visceral a Mónica Hoyos, ahí tendrá algo que decir.
No podemos obviar al otro ganador de la edición, que no es ningún concursante sino uno de los presentadores: Carlos Sobera. La nueva y estelar incorporación de Supervivientes ha dado un paso de gigante en Mediaset, y es que todo han sido buenas críticas a su labor en un tinglado hasta ahora reservado a otros rostros del grupo. Sobera condujo los martes en Cuatro Tierra de Nadie, el programa más visto de su canal en toda su historia, una jugada –la de retransmitir Supervivientes también en esa segunda marca– que a Mediaset le ha salido fenomenal. Sobera ha tenido que controlar a bestias como Carmen Gahona o Bárbara Rey, lo que tiene su mérito, y todo ha salido perfecto... como perfecto ha sido para Omar, que ha dado la vuelta a una gigantesca tortilla. El chico de Pan Bendito no, de Carabenchel (así lo dijo su madre) se desmarca del "Pantojaverso" como un nuevo personaje independiente, o quizá dispuesto a ser restaurado con un nuevo estatus más allá del exnovio machista y pesado de Chabelita. Lo veremos en las revistas a partir de mañana mismo.