Kiko Rivera e Irene Rosales han protagonizado una discusión en Gran Hermano Dúo que, pese a acabar con una sonrisa y un abrazo, ha resultado un tanto inquietante sobre la división de roles de este matrimonio.
Todo fue a colación de una broma de Irene sobre quién lava los platos en casa que molestó a su marido... pero no tanto (o eso intentó comunicar Kiko) porque él no los lavase, sino por el propio hecho de que Irene hiciera una broma en público a su costa.
El grupo se encontraba en la mesa discutiendo sobre quién friega los platos. Irene entonces soltó una broma ("ya luego vendrá la cosa de por qué cada uno no se lava lo suyo") que acabó con vítores de "Irene presidenta" que enfadaron a Kiko. El hijo de Isabel Pantoja lo manifestó en público primero suavemente, pero la discusión fue a mayores cuando ambos se quedaron solos en la habitación.
"Lo que no se puede hacer es tocar los cojones gratuitamente", dijo el Dj al respecto. Su mujer, aún delante de los demás, no se achantó y le respondió que "ya tienes un doble problema, mosquearte y luego ponerte bien". Kiko no se lo tomó a bien, y más tarde la cosa siguió.
"Conmigo no. Ten esto con dieciocho más, pero conmigo no, que somos uno", reprendió Kiko. "Claro que estoy molesto. Tú no entiendes [lo que supone] el que tú hagas una gracia a costa mía delante de la gente". La tesis de Kiko es que les perjudica en un concurso donde "somos uno", pero parecía más dolido por la humillación pública.
"Ha sido una simple broma", trató de explicar Irene, inútilmente. "Pues me ha dolido porque aquí tú y yo somos uno. Después de lo que hablamos, que tú hagas risas sobre mí...".
Al final, todo quedó solucionado y los dos se fundieron en un abrazo, bromeando sobre el tema. Pero a la vez queda patente lo poco que le gusta a Kiko que le digan lo que hace y lo que no hace... o más bien que hagan gracias a su costa.