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Así se queda Chicote con la camarera más “choni” de Móstoles

Cuando la gente no quiere trabajar, es difícil llevar un restaurante. Lean lo que hizo Chicote.

Cuando la gente no quiere trabajar, es difícil llevar un restaurante. Lean lo que hizo Chicote.
Chicote y Mari Ángeles | Atresmedia

Cuando creías que ya no había peligro… Pesadilla Casuca. Alberto Chicote flipó en colores Antigua Casuca, un restaurante mostoleño fundado por el veterano Ramón hace tres décadas. Su hija Mari Ángeles cogió el negocio con su marido, Emilio, después de la jubilación del padre… y ahí comenzó el declive de uno de los mejores locales de esa localidad del sur de Madrid. La nula profesionalidad del matrimonio han provocado una situación insostenible: Mari Ángeles arremete incluso con los propios clientes y está al borde de la quiebra.

De modo que comienza la epopeya humana, esta vez en Móstoles. Nada más llegar, la primera advertencia: un aspecto viejo, rancio y desgastado echan para atrás al súper chef campechano. "Mi hija y su marido no quieren tener clientela", diagnostica el Pater Ramón antes de que Chicote pruebe el primer bocado. Un bar que abre después de la llegada de los clientes y con una oferta sencilla, que se parece a cualquier otro… complementada por paletadas de incompetencia. "No quieren trabajar", reitera Ramón a Chicote.

Respiren tranquilos: las alcachofas están buenas. Y la lubina también, pese al mal aderezo. El problema, por tanto, no está tanto en la cocina de Elena, hermana de Mari e hija de Ramón, como en lo que ocurre después. O mejor esperen, que el producto aguarda en la despensa destapado. Ay. Comandas desordenadas. Doble ay. Un pelo de la Mari en los pimientos. ¡Ay ay ay! Y llegamos al tartar, steak tartar. El colmo fue cuando un notas se quejó del dichoso picadillo. Grave error: las hermanas Karamazov, famosas por su afición a la novela rusa, arremetieron contra los clientes que se quejaron del engrudo. Una experiencia irrepetible que tocó muy de cerca el corazón de Elena, incapaz de encajar que su tartar no esté rico. Y Elena se fue, así como lo leen. Mientras, el pobre Emilio pasa de todo y se queja de que tiene que trabajar todos los días, y que aún así tiene que hacerlo. A Chicote esta gente le va a quitar la vida.

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Mari Ángeles | Atresmedia

Dediquemos unas líneas a Marí Ángeles, que insulta a los clientes que piden mesa o se toman algo de tiempo. Muy tensa, la propietaria y camarera se muestra borde con los comensales y arremete contra ellos a la mínima ocasión. "Me supera y me sale la chulería que tengo", confiesa, después de espetar a una clienta que allí no va a comer. "No me vaciles", le soltó luego Chicote, a punto de ser literalmente expulsado del restaurante más pandillero. "Te ha faltado sacar la navaja del bolsillo", dijo el chef a la ofendida dueña.

Quién lo iba a decir: con mucho trabajo Chicote fue sacando lo mejor del marido, que en ausencia de la hermana se quedaría en la cocina. Un cambio de nombre, nuevos muebles y un aspecto más actual fueron el segundo paso en la buena dirección. Hasta que durante el nuevo servicio Mari volvió a las andadas y soltó a una mujer que "si no quiere seguir esperando lo mejor que puede hacer es marcharse de mi casa". La señora se quedó sentada en el sitio, sin poder moverse. Los clientes de la terraza no hicieron lo mismo, hartos de esperar platos que no llegan después de ¡dos horas!.

Pero ojo: mientras todo esto ocurre, Emilio resulta ser un crack en los fogones, nada que ver comparado con el pasmarote que era fuera de la cocina. Su mujer, sin embargo, se vino abajo después del servicio. Chicote ya solo podía recomendar serenidad a Mari Ángeles, que al final –como adivinamos– solo actúa así por puro estrés y no por falta de profesionalidad. El dinero nos cambia, y su ausencia, todavía más. De modo que, tras la limpia de secundarios innecesarios (¿dónde están el padre y la hermana?) y con todas las herramientas dadas por el chef (y solo un cambio de actitud más, el de ella) el negocio saldrá adelante. Suponemos. ¿Otro éxito más para Chicote? En audiencia, seguro que sí.

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