Jennifer Lawrence acudió a la ceremonia de los Oscar sin la presión de estar nominada a premio alguno. La actriz ha demostrado en varias ocasiones su espontaneidad cuando ha estado rodeada de cámaras y de millones de espectadores, y en la noche de este domingo lo volvió a hacer.
La protagonista de Gorrión Rojo dio un verdadero espectáculo nada más entrar al Dolby Theatre de Los Ángeles. La estadounidense, vestida de Dior con un traje metalizado, se sirvió una copa de vino nada más entrar y empezó a subirse por las butacas, primero buscando su sitio y luego para saludar a Meryl Streep o a Woody Harrelson.
Las imágenes de Lawrence saltando butacas se han convertido en una de las estampas más virales de la noche cinematográfica.