Era el secreto mejor guardado de la Nochevieja televisiva. Por cuarto año consecutivo, Cristina Pedroche sorprendió a propios y extraños con su atuendo navideño, convirtiéndose en inmediato trending topic y acaparando tantas alabanzas (por su supuesta valentía a la hora de elegir traje) como insultos por su gusto insensato (y sí, su empeño a la hora de centrar toda la atención de la Nochevieja).
Sea como fuere, la Pedroche dio espectáculo, que es lo que se espera de una retransmisión televisiva. Y si no, que se lo digan a Atresmedia, que ha encontrado un filón en la vallecana; y al pobre Alberto Chicote, resignado a perder protagonismo en favor de su compañera.
Pero Pedroche, hay que reconocerlo, ha sabido hacer las cosas. Ella misma llevaba ya meses calentando el ambiente, se le preguntase al respecto o no, prometiendo a todo el mundo que lo volvería a lograr y -en definitiva- creando anticipación para tan ansiado momento. Y antes de descubrir su vestido, por aquello de despejar balones, se puso seria para pedir tolerancia cero en un tema tan grave como la violencia doméstica.
La presentadora de Zapeando comenzó la retransmisión con un conjunto rojo de princesa muy clásico, abotonado hasta arriba. Obra de Hervé Moreau, director creativo de Pronovias, este primer conjunto realizado con diez metros de mikado de seda rojo y quince de tul era tan, tan clásico, y tan, tan cubierto que todos sabíamos que Pedroche se guardaba otro vestido bajo la manga.... y, en efecto, así fue. El resultado no decepcionó.
¡@CristiPedroche está espectacular con el vestido diseñado en exclusiva por nuestro director creativo Hervé Moreau para dar las campanadas. ❤️¡Gracias por confiar en nosotros para una ocasión tan especial! https://t.co/itknv0pjxSpic.twitter.com/sd3BWpvXOT
— Pronovias (@pronovias) 31 de diciembre de 2017
Llegó el momento de la verdad y el rojo cayó al suelo para descubrirnos la verdad. El nuevo vestido, diseñado al alimon con Josie, colaborador de moda de Zapeando, y firmado de nuevo por Pronovias, llevó al equipo más de un año de desarrollo, según confesó la propia Pedroche a un asombrado Chicote. Una obra de encaje, chantilly y más de 200 cristales bordados que Pedroche calificó como "ideal de la muerte" y que siguió la línea de anteriores vestidos de Nochevieja: ahí está el vestido de corte sirena del año 2015 como recordatorio de la fórmula.
El mono fue confeccionado con dos metros de tul y otros tantos de encaje bordado a mano con hilo de seda, formando una red de tatuajes rematados con dos centenares de brillantes de cristal y una sensual apertura en la espalda. 244 horas de trabajo para ceñirse a la anatomía de la vallecana, que tantos silbidos de admiración como críticas despierta en redes sociales.
¡Feliz 2018!❤️ @CristiPedroche nos sorprende con un mono confeccionado con encaje, chantilly y más de 200 cristales bordados, inspirado en el icónico vestido Caraola de la colección #AtelierPronovias2015. Descubre cómo se crearon sus vestidos en el blog: https://t.co/nqgxoHh8ES pic.twitter.com/OyVuzLpPxj
— Pronovias (@pronovias) 31 de diciembre de 2017
Lo cierto es que el tránsito de un año al otro con Pedroche es un acontecimiento que ya es carne de patrocinio de firmas de moda. Por tercer año, la firma española ha vestido a la presentadora de televisión en la Gala en directo desde la Puerta del Sol retransmitida por Antena 3, un escaparate de primera categoría compartido con otras dos marcas de refrescos y cervezas.
"Cada año ha sido una gran experiencia, pero éste me hace especial ilusión. Vamos a rememorar grandes e importantes momentos", dice Hervé Moreau al respecto. Y a dar una campanada de audiencia, sí señor (aunque eso lo decimos nosotros).