Jorge Javier Vázquez afronta con amargura el último programa del prematuramente terminado Gran Hermano: Revolution. Y parte de su espacio semanal en la revista Lecturas está destinado a reconocer ese fracaso y hacer autocrítica.
"En cuanto a audiencia, ha sido la peor edición de todas las que se han emitido. Creo que todavía es pronto para evaluar el porqué, pero estoy convencido de que mi labor como presentador también ha ayudado a que no cuajara. No sé cuánto porcentaje de responsabilidad me toca, pero sería de idiotas pensar que no tengo nada que ver con los bajos datos".
Eso sí, Jorge Javier se considera "privilegiado" por haber formado parte del programa, y subraya muy claramente el buen equipo que le ha rodeado, que "no se venía abajo pese a que los datos no acompañaban. En ningún momento dio la batalla por perdida y preparaban los programas con la misma ilusión, como si estuviéramos arrasando".
El presentador de Sálvame es consciente de que Gran Hermano podría morir en la misma edición en que cumplía la mayoría de edad. "No sé qué sucederá. Pero lo que tengo muy claro es que, si me lo volvieran a ofrecer, no dudaría en decir sí".
Y simplemente se despide diciendo "gracias a todos los que estuvieron ahí y mis disculpas a los que piensan que no estuve a la altura". Pero recuerda con amargura un detalle que refleja "cómo son las cosas" y cómo en anteriores ediciones "éramos felices y no lo sabíamos".
"Hace un par de semanas rescaté un mensaje que me envió un viernes del año pasado Álvaro, el famoso Alvarito al que tanto mencionaba Mercedes Milá. Se quejaba de lo injusta que había sido la audiencia del día anterior. El mensaje era más o menos el que sigue: "20.6. No entiendo nada".