Jueves por la noche y otra gala del alicaído Gran Hermano: Revolution que Telecinco mantiene a duras penas en el prime-time. Marcada, esta vez, por la marcha de alguien y la entrada de otro, para suplir el súbito e inesperado abandono de Laura, superada por la presión del concurso.
Maico, Pilar y Mina eran los nominados de la noche, y la elegida fue esta última, la undécima en salir de la casa de Guadalix. Pese a lo inesperado, ya que se esperaba que la elegida fuese Pilar, lo cierto es que el conflictivo y duro carácter de Mina no ha ayudado a la concursante en absoluto, tanto de cara al público como respecto al resto de compañeros de la casa.
Con un elemento de tensión adicional: la decisión de algunos miembros de la casa de no coger la llamada de contacto con familiares fuera de la casa la semana pasada determinó el tiempo que duraría el contacto de esta semana de aquellos que sí decidieron hacerlo. Una nueva regla que, a buen seguro, generará algo de conflicto en días posteriores.
Además, Laura volvió al plató para explicar las razones de su adiós a Gran Hermano. Una pelea con su compañera Míriam fue la gota que colmó su particular vaso, forzándola a elegir entre Gran Hermano y su "salud mental". Ella era, dijo Laura a Jorge Javier Vázquez, su único "apoyo sincero" dentro de la casa, y la discusión –en la que Laura no se sintió apoyada respecto a sus demás compañeros– le ayudó a decidirse.
Por otro lado, y como es habitual, en esta décima gala se decidieron los nominados para la que viene: a Maico, Carlota y Yangyang les toca prepararse y luchar para evitar la posible expulsión.