Tras meses de ausencia, María Teresa de Campos regresó a la televisión este domingo, participando en el debate de Gran Hermano Revolution. Sin embargo, la presentadora no protagonizó la reaparición más esperada.
Al principio, todo pareció ir como la seda: Jordi González le dio la bienvenida, los tertulianos la elogiaron… Todo ello contrastaba con su posición en plató: a María Teresa Campos la pusieron sola, separada del resto de colaboradores. La exconductora de ¡Qué tiempo tan feliz! se declaró fan de Bea, la última ganadora del concurso, y señaló que la casa estaba a punto de explotar.
Y poco más. Las intervenciones de Campos fueron menguando. A la presentadora se le veía cada vez más incómoda y desencantada. Así permaneció 90 minutos: González la despidió a mitad de programa porque "mañana –este lunes– le entregan un premio en Málaga y tiene que madrugar".