Giro sorpresa el que se vivió este jueves durante la gala final de Supervivientes 2017. Laura Matamoros, una de las claras favoritas para alzarse con el premio, era relegada a una tercera posición en su enfrentamiento en el televoto con su amiga Alba Carrillo. A pesar de contar con una legión de seguidores en las redes sociales, la popularidad de la hija de Kiko Matamoros ha ido descendiendo desde que ganara la quinta edición de Gran Hermano Vip.
Parece que cuatro horas diarias de su padre defendiéndola desde el plató de Sálvame no han sido suficientes para reflotar los apoyos a su hija, muy afectada debido a las acusaciones de favoritismo por parte de la cadena que desde hace semanas critican las redes sociales. De hecho, en Sálvame llevaban estos últimos días dando como duelistas finales a José Luis y a Laura, cuando aún no se había resuelto su nominación con Iván, donde se decidía al cuarto finalista. Una tarde incluso se organizó un debate en el plató donde los colaboradores tenían que posicionarse entre cuál de los dos pensaban que sería el vencedor.
Tampoco ha ayudado la retirada del apoyo por parte de Belén Esteban que, a pesar del paso del tiempo, sigue moviendo masas. Hace unas semanas, la princesa del pueblo se posicionó al lado de José Luis como favorito para ganar el reality de supervivencia. Un cambio de opinión que chocó a los espectadores, pues durante la participación de Laura en Gran Hermano Vip Belén fue una de sus grandes defensoras. Una decisión que Kiko Matamoros ya adelantó a su hija antes de marcharse a Honduras: "Antes de que se fuera celebramos una cena y ella me dijo que contaba con el apoyo de Belén. Yo le dije que cuando estuvo en Gran Hermano la situación era otra y las cosas cambian. Por aquel entonces, defenderla era una manera de darme palos a mí. Lo único que me duele es que Laura no lo va a entender y va a sufrir, porque ella pensaba que con determinadas personas tenía apoyo", comentó una tarde en Sálvame.
Otro de las posibles causas que ha podido jugar en su contra es la propia personalidad de Laura. Mientras que en Gran Hermano Vip se nos vendió como una joven sincera y directa, en Supervivientes había demasiados concursantes con su mismo perfil y acabó convertida en la amargada de la edición debido a sus continuos enfrentamientos y su actitud rencorosa. Una personalidad que chocaba con la de Alba, siempre risueña y derrochando simpatía a la cámara.