Tras la polémica visita de Isabel Pantoja a El Hormiguero, con Pablo Motos rendido a los pies de la tonadillera y accediendo a todas sus peticiones (programa grabado, preguntas pactadas y un pequeño concierto), este lunes le tocó el turno a "su pequeño del alma", Kiko Rivera. El Dj acudió al espacio para presentar su nuevo single, aunque la entrevista giró en torno a su madre la mayor parte de la noche.
Pablo Motos comenzó la charla desvelando un mensaje que Kiko le había enviado tras la entrevista a Pantoja: "Gracias por tratarla tan bien, pero te tengo que dar una colleja por ese beso en la boca. ¡Que somos amigos, tío!", a lo que el invitado añadió que, a pesar de haber ido siete veces, "a él todavía no le había besado". "Si mi madre tuviera que rehacer su vida sentimental, en el caso de que a ella le hiciese feliz, tú serías perfecto". Pablo preguntó entre risas si cree que sería un buen padre para él y Kiko bromeó sobre la posibilidad de tener un hermano pelirrojo. Los halagos mutuos dejaron patente la buena sintonía del presentador con la familia Pantoja, por lo que enseguida se percibió que la entrevista sería tan blanca como la de su madre.
En un momento de la charla, Kiko Rivera envió un mensaje de WhatsApp a su madre con el mensaje: "Hola, mamá, estoy en El Hormiguero, con tu amigo, y repito, tu amigo, Pablo". Una frase que pronunció con ironía y en referencia al presentador Jorge Javier Vázquez, quien tras presumir de ser amigo de Isabel durante meses, mostró los mensajes que se habían intercambiado mientras duró su amistad.
El invitado aprovechó para hablar sobre su relación con su mujer Irene Rosales, que se encontraba en plató entre el público, a la que agradeció que le ayudase con las tareas de la casa: "Irene es de esas mujeres que ya no existen. Es buena madre, porque me quita muchos quehaceres a mí, yo siempre intento escaquearme". Una broma que fue entendida por las redes sociales como un comentario machista y que el presentador trató de esquivar.
También habló sobre su vinculación con la prensa, con la que afirmó tener una relación de amor-odio. "Se creen que por haber vendido tu vida puntualmente les das derecho a hacer contigo lo que quieran, y no es así. Aún así, entiendo el trabajo de la gente que está en la calle, ellos no tienen la culpa, a veces bajo algo para beber en la puerta de casa".