Sálvame Deluxe, la versión nocturna del programa de corazón más exitoso de la televisión de los últimos años, cambia de día. Una decisión muy meditada por los directivos de Telecinco, que han tenido que reconocer su derrota ante Tu Cara me suena, un formato más familiar y blanco que ha conseguido dinamitar un programa que parecía invencible. Mientras que el formato de Antena 3 es mucho más regular en sus contenidos, el interés del Deluxe radica en sus invitados. Es complicado tener cada viernes personajes potentes como en su día lo fueron Belén Esteban, Kiko Rivera u Olvido Hormigos. A esto se suma la gran cantidad de horas que tienen que rellenar en pantalla – cuatro diarias y cuatro los viernes por la noche- que han terminado por desgastar las tramas y a sus protagonistas.
Para Antena 3 era arriesgado enfrentar un programa de corte familiar con un programa basado en la polémica y los enfrentamientos. Los directivos confiaron en el buen criterio de los espectadores, que cansados de tanto grito e historias mil veces vistas, se dejaron seducir por el sentido del humor y el talento, la combinación perfecta para un viernes por la noche. En Tu cara me suena, los famosos dejan de lado su vida privada y ofrecen lo mejor de sí mismos para emocionar y hacer reír al espectador. Además, a diferencia del resto de concursos de talentos, no se toma demasiado enserio a sí mismo. Eso no quiere decir que no haya momentos que nos han erizado la piel – Roko-, pero la tensión que se genera es menor y los momentos dramáticos casi inexistentes.
Otro de los puntos a favor es el gran trabajo de casting que realizan cada temporada, equilibrado entre grandes voces y buenos humoristas. Puede salir Blas Cantó haciendo de Diana Navarro y conseguir que se te escapen las lágrimas de la emoción y al rato aparecer Yolanda Ramos vestida de David el gnomo y llorar de la risa. Pero es que además no escatiman en medios para la puesta en escena: los juegos de luces, la decoración y las exquisitas y llamativas coreografías hacen que olvidemos la cutrez de algunos espacios españoles -cualquier gala de TVE- y nos encontremos con un producto hecho con mimo. Destaca también la selección musical, variada y en la mayoría de los casos de una gran calidad. Es cierto que en ocasiones, buscando la broma, se permiten hacer personajes como Dora la exploradora o Yurena, pero también se acuerdan de clásicos musicales de toda la vida.
Un buen talent show no sería lo mismo sin un buen jurado, y en este caso han encontrado al mejor. Durante las primeras temporadas sorprendió el desparpajo de Mónica Naranjo, la locura de Ángel Llácer, la profesionalidad de Carlos Latre y la simpatía –algo forzada- de Carolina Cerezuela. Y aunque han tenido algún batacazo en los años siguientes, Marta Sánchez y Shaila Dúrcal tenían poco que aportar al programa, han encontrado en Lolita y Chenoa las sustitutas perfectas para Mónica Naranjo, que decidió irse a la competencia (para volver próximamente en la nueva edición con anónimos).
Parecía un suicidio el apostar por un programa así frente al exitoso Deluxe. Por ello, la recepción de Tu cara me suena supone una lección para el resto de cadenas: teniendo buenas ideas y haciendo las cosas bien, los espectadores prefieren la calidad a la polémica. Eso sí, esperemos no tener que dar un tirón de orejas a Antena 3 por desgastar el formato. Un descanso entre la edición de famosos y la de anónimos hubiera supuesto una subida de audiencia para el Deluxe, pero a largo plazo puede acabar con la frescura del programa.