Era lo más esperado esta semana en Gran Hermano VIP. El jueves pasado, Jordi González ofreció a Aylén entrar en la casa para encontrase con Marco y aclarar la situación que le trae de cabeza, esos celos por el tonteo que hay entre su novio y Alyson. La argentina llegó como jefa de vestuario y esperó a los concursantes en el confesionario para tomar sus medidas y conseguir los trajes para la nueva prueba semanal.
Todos los ojos estaban puestos en el encuentro entre la pareja, que resultó ser un desastre. Aylén esperó a su chico cortante, con cara de enfado y sin un ápice de amor. Mientras Marco la abrazaba y besaba, ella sólo le reprochó que le estropeara el vestido. Él, claro, no daba crédito a la frialdad de su novia. "¿No estás contenta de verme? ¿Esa es toda tu felicidad después de dos meses sin vernos?", le dijo. Incluso hizo el amago de abandonar el confesionario.
Al final, ambos se sentaron en el sofá a hablar. El italiano trató de hacer entrar en razón a Aylén, contando lo duro que es vivir encerrado en la casa de Guadalix y lo mal que lo ha pasado después de la fría llamada telefónica que tuvieron hace dos semanas, en la que le reprochó su actitud con su amiga especial Alyson.
Marco pasó de la tristeza al enfado en minutos. "Al verte sólo quiero abrazarte, besarte, estar contigo y tú me estás trasmitiendo que no tienes sentimientos. Me lo transmitiste en la llamada, pensando sólo en ti misma, en cómo has podido quedar públicamente en vez de decirme 'mira, hay cosas que no me gustan pero ya hablaremos con calma y aclararemos todo'". "No tengo ganas de besarte", le contestó ella cortante. La conversación no acabó bien y no consiguieron solucionar nada, y Marco abandonó el confesionario sin mirar a su novia, aunque entre lágrimas. ¿Es este el fin de su noviazgo?