Los Alcántara, la familia de Cuéntame cómo paso, la serie más longeva de Televisión Española vivirá en la noche de este jueves, 23 de febrero, una gran sorpresa: la vuelta al hogar de Tony, que se pasó unos cuantos meses en Londres después de aquel tenso episodio en el que un comando de ETA descubría su presencia en un pueblo vasco, al que se había desplazado para obtener información acerca de los GAL. Ello lo obligaba a huir de España, ante la evidente amenaza de muerte, recalando en Londres, donde reanudó sus colaboraciones periodísticas, ahora nada más y nada menos que con la acreditada agencia Reuters. Transcurrido largo tiempo, la llamada de un amigo desde Madrid y su comprensible añoranza determinan que Tony Alcántara regrese a España y obtenga un trabajo importante en uno de los Telediarios de TVE.
Pero Tony Alcántara no ha vuelto solo, sino acompañado de una nueva novia, que resulta ser judía. Ello comporta un choque con su familia, y no digamos con el párroco de San Genaro. Estábamos en la España de 1985 y aún la sociedad vivía anclada en unas costumbres que este nuevo capítulo de Cuéntame cómo pasó trata de reflejar, siquiera con este caso.
Cuando en una serie de larga duración un actor deja de aparecer puede deberse a dos razones: una, que los guionistas decidan quitárselo de en medio y otra, que es la más habitual si se trata de un personaje clave, cuando tiene otros compromisos laborales. En esas circunstancias se puede llegar a un acuerdo para que al cabo de unas semanas, cumplido ese otro contrato, regrese, reincorporándose a la serie. Pablo Rivero ha estado estos últimos meses dedicado al teatro y al cine. Lleva ya cuatro obras representadas, las dos últimas Fausto y Siempre me resistí a que terminara el verano. También ha rodado Neckam, película que se estrena el 3 de marzo y en la que aparece sin su barba entre rubia y rojiza a la que nos tiene acostumbrados.
Madrileño de treinta y seis años, ha intervenido en una quincena de filmes hasta la fecha siendo su cometido en Cuéntame… el más reconocido, por la popularidad que disfruta. Se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Información, cursó un primer año de Periodismo y en el siguiente ya se decidió por la rama de Imagen. Ambas le han servido para su profesión de actor. Aunque se mete en muchos líos por su afán de llegar hasta la verdad de cuanto investiga, su personaje se muestra un tanto desvalido. Así aparece también a primera vista Pablo Rivero, quien confesaba en las páginas de la revista Shangay sentirse un tanto ruborizado cuando en una de las ediciones del Festival de Cine de Málaga tuvo que firmar autógrafos en unas bragas y en las tetas de una admiradora. Otro detalle que nos muestra al actor poco desinhibido es cuando en La caída de los dioses, su primera función teatral, hubo de aparecer en el escenario en pelota picada. Asimismo confesaba sentirse incómodo el día en el que en una escena de Cuéntame hubo de aparecer exhibiendo su torso al desnudo con una toalla anudada a la cintura. Discreto, Pablo Rivero no ha confesado nunca detalles de su vida privada. Lo único que sabemos es que tiene admiradores de uno y otro sexo, si nos atenemos a las redes sociales.