Bertín Osborne volvió a jugar fuerte la noche del lunes en Telecinco. Mi casa es la tuya alcanzó cómodamente un 17,2% de audiencia, convirtiéndose en líder de la noche con un programa repleto de invitados VIPS.
Nada menos que el chef José Andrés, Alejandro Sanz, Antonio Banderas e Íker Casillas (si bien este último por videoconferencia, ya que la niebla en Portugal impidió despegar al avión) compartieron sofá y cocina con el célebre cantante y presentador, que presentó así la que se podría convertir en su nueva y lujosa residencia familiar en Madrid. Y es que la pareja formada por Osborne y Fabiola Martínez se encuentra buscando casa, una iniciativa que reflejarán futuros programas. La casa de hoy está a la venta por más de tres millones de euros y está ubicada en San Sebastián de los Reyes, en Madrid.
Un espacio con cuatro invitados donde hubo confidencias, chistes y todo tipo de anécdotas, y donde José Andrés, el único que antes no había pasado por el programa de Bertín, explicó su trayectoria profesional y personal y cómo consiguió, hace ahora 24 años, abrir su primer negocio en Washington. Un local que fue la primera piedra en una carrera que le llevó a convertirse después en Medalla Nacional de las Humanidades (concedida por Barack Obama) y también asesor del presidente en cuestiones turísticas: "Considero que cada ciudadano ha de formar parte del sistema político de su país. Hemos de quejarnos menos y formar parte activa de nuestra localidad…", explicó a un relajado Bertín.
Naturalmente, José Andrés también habló del litigio que mantiene con el presidente Donald Trump. El cocinero iba a abrir un restaurante en un hotel propiedad suya, cuando durante su campaña presidencial Trump arremetió duramente contra los latinos inmigrantes. El chef dijo al respecto: "Yo no he tenido ningún problema… Soy un emigrante que tengo con el presidente de los Estados Unidos un litigio. Lo intenté solucionar de buenas maneras pero no quiso. Es impresionante".
El mismo José Andrés puso un ejemplo de esa forma de valorar el trabajo con uno de sus actuales socios, que él mismo contrató para las obras de uno de sus restaurantes. "Lo contraté para que enganchara azulejos, lo acabé contratando de friegaplatos y ahora es jefe de cocina y ha invertido en muchos de mis restaurantes. Es como un hermano".
No se pudo jugar al futbolín con Casillas, pero el portero del Oporto –que volvió a repetir lo bien que está la familia allí– habló a través del iPad sobre su pequeño Martín, asegurando que está hecho un "diablillo", y que el niño todavía recuerda el paso de Bertín por su casa en una anterior edición del programa, revelando que todavía pregunta por "Bertín el elefante"... y provocando las consiguientes risas del cuarteto. Casillas bromeó con su amigo Alejandro Sanz, que se cachondeó de su fama de tacaño: "Para una vez que ibas a comer bien sin tener que pagar", le dijo.
Antonio Banderas también entró en cuestiones políticas a propósito del presidente Trump. "El problema no es que haya ganado sino que un sector de la sociedad haya apoyado su discurso", dijo en la entrevista. El actor se marcó un zapateo en la cocina y presumió de figura al ponerse el delantal, sacando su acento malagueño para competir con el del cantante madrileño.
Pero lo más importante de todo fue ver a los cuatro (Bertín, José Andrés, Antonio y Alejandro) cocinando juntos y dando cuenta de la consiguiente comilona. Alejandro hizo una sopita de ajo pero lo mejor fue la degustación de tapas que, naturalmente, corrió a cargo de José Andrés. Una velada agradable que, a tenor de los resultados, también lo fue para la audiencia.