Beatriz Retamal, la chonija, la naranjita, se convirtió este jueves en la flamante ganadora de Gran Hermano 17. La de Valencia se impuso en la final ante Meritxell y Rodrigo con el 59,8% de los votos de la audiencia. Esta peluquera de 20 años cumple así su sueño de participar en el reality de Telecinco y se lleva, además del maletín con 300.000 euros, a su novio Rodrigo, un hombre que parecía completamente diferente a ella pero por quien ha demostrado sentir un fuerte amor. Alocada, espontánea, chillona y bastante grosera, Beatriz apuntaba a ganadora después de la expulsión de Adara hace tres semanas, la rival con más posibilidades. Ella lo tiene claro y ha jurado y perjurado durante el concurso que utilizará el dinero para que su madre, que trabaja en Francia desde hace más de ocho años para mantener a su familia, vuelva a España para estar más cerca de ella, ya que su abuela es quien se ha ocupado de su cuidado durante todo ese tiempo. También confesó después de que Sofía, la ganadora de GH 16, le entregara el maletín, que donaría una parte del premio a la lucha contra el cáncer infantil.
La casa más famosa de Guadalix de la Sierra cerró sus puertas tras 105 días de convivencia. Una edición que pasará a la historia de Telecinco como la peor en 17 años para muchos de sus seguidores. Y no es sólo una percepción, el veterano reality de Zeppelin TV ha perdido más de medio millón de espectadores este año aunque ha conseguido mantenerse como la primera opción de la noche de los jueves. Los espectadores recordarán GH 17 como "la edición de Jorge Javier Vázquez", el presentador que tomó el relevo de Marcedes Milá para imponer su estilo a un programa que le venía grande. No ha habido frescura, naturalidad ni afinidad con los concursantes como la que aportaba la mítica presentadora tras 15 años a sus espaldas. Más bien todo lo contrario, porque los concursantes no han dudado en plantarle cara cuando veían que el presentador se pasaba de la raya con sus críticas y comentarios despectivos.
Pero sería injusto culpar de todos los males de Gran Hermano a su presentador. La agresividad y las peleas y gritos no han conseguido enganchar del todo al público que perdió interés, sobre todo, tras las expulsiones de Adara y Clara y la salida forzada de Bárbara, las tres concursantes más polémicas. Ni siquiera las novedades que incluyó la organización ayudaron. El Contraclub resultó un fracaso y no duró ni una noche. Fernando, el repescado, fue expulsado tres días después por dar información del exterior a sus compañeros, las sospechas de manipulación por parte de la organización crecían sin parar y los espectadores iniciaron una recogida de firmas para expulsar al presentador del programa, algo que jamás había ocurrido.
Jorge Javier se despidió nostálgico pero con un tono agridulce: "No me lo habéis puesto nada fácil", dijo dirigiéndose a los concursantes. "Quiero seguir, ojalá me lo permitáis".