A estas alturas no hace falta mucho contar de que va First Dates.El espacio presentado por Carlos Sobera se ha convertido en la revelación del verano televisivo, arrojando excelentes cifras de audiencia y ofreciendo algo razonablemente distinto a los espectadores. Quizá sea por, precisamente, su dinámica (relativamente sencilla) de chico/chica busca chico/chica: en efecto, el programa les pone a cenar en un restaurante y de ahí si surge el amor bien y, si no, cada mochuelo a su olivo. Un dating show, para ser exactos.
Pese a que su dinámica no es un gran descubrimiento, esta producción de Warner (Antigua Eyeworks Cuatro Cabezas) no deja de ser un programa de citas y, por tanto, la magia se oculta tras un maravilloso casting semanal.
En ocasiones encontramos personas con una vida amorosa más que desastrosa; en otras seres de otro planeta que nunca pensarías que pudieran existir; en otros el secreto consiste en enfrentar personas distintas y ver qué pasa entre ellas. Es como meter lo mejor de Gran Hermano + Granjero busca esposa + Un príncipe para... en –atención– pequeñas dosis de una hora diaria.
En efecto, uno de los secretos de First Dates es su brevedad. Si a esto le sumamos un presentador que desde ¿Quién quiere ser millonario? es un icono de la televisión por su espontaneidad, y unos camareros y camareras con carisma (ahí está el romance entre los guapísimos Matías Roure y Lidia Torrent), que participan activamente en el juego de las parejas en muchas ocasiones, el éxito está casi asegurado.
Una audiencia envidiable
El programa presentado por Carlos Sobera con tan sólo cinco meses de vida ya supera el 10% de cuota de pantalla con más de 1.800.000 espectadores, plantando cara a programas tan fuertes y veteranos como El Intermedio o El Hormiguero.
Un excelente dato que no hace más que prolongar sus buenos resultados en verano. El espacio, en efecto, se ha convertido en la gran revelación televisiva de la temporada estival, solucionando una papeleta a Cuatro que otras propuestas, en principio más ambiciosas, no han logrado igualar. En agosto el programa ha anotado un share medio y continuado de un 11% y 12%, sin contar su máximo histórico.
First Dates ha conseguido erigirse como uno de esos platos sustitutos que acaban convirtiéndose en imprescindibles, el perfecto prólogo de su cadena para la hora de máxima audiencia. En fin de semana es cuando ofrece sus datos más flojos, por lo que su verdadero valor está en el access al prime-time de Cuatro, un excelente primero antes del verdadero plato fuerte.
¿Se agotará la fórmula de tanto explotarla (el programa es diario) o encontrarán la manera de alargarlo? De momento, con la incorporación de algunas sorpresas y novedades (como, por ejemplo, famosos que ejercen de anfitriones o hacen apariciones especiales) el espacio ha logrado seguir convocando a la audiencia una vez que sus principales rivales en esa franja horaria, El Hormiguero de Antena 3 y El Intermedio de Wyoming, han regresado a la parrilla tras el parón veraniego.