Mercedes Milá concedió su primera entrevista coincidiendo con las primeras impresiones de Gran Hermano 17, edición que este año no presenta. Fue en la emisora de radio catalana RAC 1, y el presentador Jordi Basté y la periodista abordaron varios temas, desde su salida del reality que forma parte de su esencia, hasta su relación con alguno de los exconcursantes.
Sobre el por qué de su abandono, Milá contestó sin darle vueltas: "Hacía dos años que sentía síntomas de estrés, cansancio, había días que no quería salir de casa, era una sensación de hartazgo. No sabía de dónde sacar la ilusión y la pasión que tienes que tener para hacer Gran Hermano". Sin embargo, también reconoció que su contraoferta para que los directivos le aumentaran el sueldo nunca fue aceptada, y la nota de prensa de Paolo Vasile no ayudó. "La nota de prensa me pareció absolutamente indignante porque parecía que lo que pedía iba a desestabilizar el programa y no era así. Y ya no hubo más que hablar", aseguró.
En cuanto a la relación con los exconcursantes, que ya suman más de 200, Mercedes contó que todavía tiene contacto con muchos de ellos. "Sin los concursantes, no hay programa, y valoro su valentía. Saben que tiene mi teléfono y me pueden llamar". Eso sí, no tiene palabras amables para todos ellos.
Cuando el presentador le preguntó por curiosidad si en algún momento habría imaginado que Kiko Hernández llegaría hasta donde está en Telecinco, Milá contó algo que pocos deben conocer. "Cuando hicimos el casting de la segunda edición, en el que pedí estar, él se presentó y yo dije: 'Este no entra por mis huevos, este facha ni pensarlo'. Y no entró en la segunda edición, pero me fui en la tercera y allí entró".
A pesar de que ahora guardan las formas por pertenecer a la misma casa, la periodista admitió que su relación nunca fue la mejor: "He tenido mis más y mis menos con él, peleas muy grandes, reconciliaciones enormes, y ahora estamos en un momento muy dulce". Al parecer, la amistad se estropeó por la forma de ser del colaborador de Sálvame: "Es un caso curioso de una persona que te viene a pedir ayuda, tú se la das, luego te da una patada en la boca, te vuelve pedir perdón, tú le perdonas, y así estuvimos unos dos o tres años. Hemos llegado al punto en que nos respetamos".
Para Jorge Javier Vázquez, que tomó el relevo como presentador, tuvo palabras amables. Las críticas a la estrella de Telecinco y la bajada estrepitosa de la audiencia han hecho que esta edición de Gran Hermano no empiece con buen pie. "Pensé: ¡Qué horror meterme en su piel! Debía de ser muy difícil sentir las cosas que se estaban diciendo". "Creo que hay una parte del público que está enfadada porque yo no estoy en el programa. Cabreados conmigo y con la cadena. Pero tanto como un millón de personas me parece demasiado... Eso no es debido a mí, es más una decepción, probablemente".