El grave ataque de Emilio Aragón en tiempos de 'Médico de Familia'
Emilio Aragón es ya un joven abuelo de 57 años. Ahora planifica su regreso a la televisión.
Desde que en 2005 apareciera en la telecomedia Casi perfectos Emilio Aragón no trabajaba en la pequeña pantalla. Volverá esta temporada, antes de fin de año, aunque no como protagonista. No dará, por tanto, la cara puesto que su función ahora es la de productor, guionista y director de una serie de diez capítulos titulada Pulsaciones. ¿De qué va? Emilio Aragón se pregunta, y extiende la interrogante para quienes nos lean: "¿Qué pasaría si el corazón tuviese memoria?" En principio, la cuestión nos parece algo surrealista, alejada de un razonamiento científico. Pero, ahí está el meollo de los argumentos de Pulsaciones.
Buscando temas sugestivos para iniciar su reaparición televisiva, en su afán de ser él mismo quien escribiera los guiones, Emilio Aragón dio con las declaraciones de una investigadora quien asegura "que hay conexiones nerviosas con el corazón". Ese fue el punto de arranque que el recordado doctor de la serie Médico de familia utilizó para urdir unas historias que responden al género de "thriller" psicológico. Un médico también quien sufre un infarto y le es implantado el corazón de un donante anónimo, como está prescrito por las autoridades sanitarias. Pasa el tiempo y ese facultativo, consciente de que ha vuelto a la vida gracias al trasplante de un órgano que perteneció a una persona muerta, comienza a darle vueltas a la cabeza a la vez que le vienen unos recuerdos que no identifica, porque piensa no son suyos, no le pertenecen. Es cuando cree que eso que le llega a la memoria es algo que le pudo ocurrir al donante del corazón que lleva. Su mujer le dice que ve en él algo raro y lo anima a que acuda a la consulta de un psiquiatra, ante su constante "sinvivir", y al comprobar que no mejora es cuando decide emprender una serie de investigaciones, hasta descubrir que dicho donante no había sufrido un accidente mortal cuando viajaba en moto, como creía toda la familia, sino que fue asesinado.
El rodaje de Pulsaciones ha sido frenético para Emilio Aragón, tan involucrado siempre en sus trabajos, llegando a veces a estar rodando hasta la medianoche ¡en un cementerio! Nada agradable para él y su equipo de producción, pero así suceden ciertas ocasiones en series que aunque de ficción precisan de unos exteriores reales, una ambientación que no se reflejaría igual en unos estudios con decorados de cartón-piedra. Para protagonizar Pulsaciones, en los papeles del médico y de su esposa, omnipresentes ambos en la serie, tras las pruebas correspondientes, eligió a dos actores jóvenes, aunque curtidos ya en recientes trabajos importantes. En el caso de Rodrigo, que es el nombre adjudicado al doctor, el papel ha ido a parar a Pablo Darqui, un barcelonés que cumplió cuarenta años el pasado 10 de agosto, quien ha aparecido en series como El síndrome de Ulises e Isabel (donde incorporaba el personaje de Enrique IV de Castilla). En cuanto al "rol" de su mujer, Blanca, lo defiende la siempre atractiva e interesante Leonor Watling, quien ya sabrán combina el cine con la canción. Sensual, voluptuosa en buena parte de sus cometidos, fue elegida por Pedro Almodóvar para Hable con ella. De su filmografía compuesta por cuarenta títulos escogemos: Deseo, Son de mar, Los crímenes de Oxford… Inquietante ante las cámaras se transforma en una activa intérprete pop al frente de su grupo Marlango, con el que lleva grabados ocho discos. También fue la heroína de la serie televisiva Raquel busca su sitio. Es hija de padre gaditano y madre inglesa, cumplió cuarenta y un años el último 28 de julio. Su pareja es un conocido cantautor, el uruguayo Jorge Drexler, con quien tiene dos hijos, Luca, de siete años, y Lea, de siete.
Emilio Aragón ha trabajado duro con Pablo y con Leonor, quedando muy satisfecho de sus interpretaciones. Ahora está a la espera de cuándo Pulsaciones será programada; en principio dentro de pocas semanas, como una novedad importante dentro de la nueva temporada televisiva en Antena 3.
Es un hombre perfeccionista, hiperactivo, que en el pasado abril alcanzó los cincuenta y nueve años de edad y que ha celebrado los treinta y tres años de vida matrimonial con una maravillosa mujer, Aruca, que lo quiere y lo comprende. Ella desciende de una familia asturiana, los Fernández-Vega, de gran reputación como oftalmólogos. La pareja tiene tres hijos: Iciar, nacida en 1985, Macarena, tres años menor, y el benjamín Ignacio, de veintiún años. Iciar, que se casó en 2012, ha convertido en abuelo al siempre juvenil y bienhumorado Emilio Aragón, Que enloquece cuando abraza a su nieto, al que llama "Gordo".
Le pone de vez en cuando vídeos de Los payasos de la tele. Y le va contando quién era cada uno, fijándose sobre todo en Miliki, para que sepa que fue su abuelo. El propio Emilio se emociona entonces, aunque esos "scketchs" los haya contemplado cientos de veces, protagonizado muchos de ellos también. Y es que la muerte de Miliki, su padre, fue para él un golpe durísimo, del que aún no se ha recuperado. Los domingos almorzaban todos en familia. Nunca alteraban esa cita. Emilio Aragón aprendió el oficio de payaso con los suyos, su padre, sus tíos… Y tuvo sus éxitos en el circo, en el teatro, pero es indudablemente la televisión el medio que lo convirtió en uno de sus personajes más entrañables y queridos, tanto en los programas-concurso que presentó como sobre todo en Médico de familia. Una serie que se convirtió en un hito al programarse tantas temporadas.
En la tercera sucedió algo que no llegó al conocimiento de sus seguidores: Emilio fue víctima de un grave ataque de ansiedad y la productora no tuvo más remedio que alterar el rodaje. Porque su protagonista no podía ni con su alma: trabajaba desde primeras horas de la mañana hasta a veces las dos de la madrugada. Y se tomó un descanso obligatorio. Curioso resulta echar mano del pasado para enterarnos que cuando contaba veintidós años Emilio Aragón quiso independizarse de su familia de payasos. Fue cuando pidió una oportunidad a Chicho Ibáñez Serrador con la esperanza de ser elegido como animador de Un, dos, tres… responda otra vez. Y Chicho, una vez realizadas las pruebas, lo despachó rápidamente diciéndole que tendría que esperar unos años, que era muy niño aún… Y escogió a Mayra Gómez Kemp. Aquello fue un jarro de agua fría para Emilio, una gran desilusión, un tremendo desengaño. Pero remontó la crisis. Y a día de hoy ha demostrado siempre su inmenso talento, su gran capacidad para el arte del entretenimiento. Porque ha dirigido dos películas y sueña con repetir tras sus experiencias en Pájaros de papel y Una noche en el viejo México. No nos olvidamos de su veta musical, como cantante, director, arreglista de composiciones clásicas; autor él también de buen número de melodías de distintos géneros. Apenas tiene tiempo para el ocio, lo que le impide, por ejemplo, sumar más horas como piloto de aviación, cuyo título obtuvo hace ya tiempo. Aruca, su mujer, trata de frenarlo, aconsejándole que se tome más horas libres. Imposible. Siempre está maquinando algo nuevo o inmerso en trabajos concretos. No me extraña que cuando lo entrevisté por primera vez hace años después de varios intentos, me dijera: "Me falta tiempo, no sé de dónde sacarlo…". Por eso apenas recibe a periodistas. Y lo justifica aduciendo que tiene poco que expresar, aparte de esa cantinela del reloj. Pero es una persona entrañable, educada, sensible, modesta, justamente muy querida por millones de españoles.
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