Este 19 de enero celebrará su septuagésimo aniversario una de las más grandes cantantes norteamericanas, Dolly Parton, considerada "la reina del country", género al que ha dedicado toda su larga vida profesional, aunque coqueteara también con el pop, el pop rock, el folk, la música góspel… Toca el banjo, la guitarra, el piano y la armónica. Lo primero que llamó siempre la atención de ella fue su físico, luciendo un prominente busto y unas sinuosas caderas. ¡Qué curvas…! La compararon con Marilyn Monroe, pero yo creo que estaba más en la estética de las Diana Dors y Mamie Van Doren, opulentas vampiresas.
Vistiendo ajustados vaqueros, Dolly Parton se jactaba de su provocativo trasero. Y luego está su colección de pelucas, por lo común rubias. Su mirada, con unos ojos entre azulados y verdes, fue también un arma de seducción. Ha sido siempre fiel a esos rasgos y no le ha importado reconocer que ha vestido ajena a las modas, anclada tal vez en modelos más llamativos que elegantes. Usando zapatos de elevados tacones de aguja. Pero esa, digamos, parafernalia es sólo la pantalla, la "marca comercial" de una intérprete magnífica, especialista en canciones vaqueras americanas.
Nacida en un hogar muy modesto, familia numerosa de doce hijos natural de Sevierville, estado de Tennessee, comenzó a cantar siendo muy niña. A partir de 1967 es cuando irrumpe profesionalmente en un género hasta entonces apenas cultivado por las féminas: "El country estaba reservado sólo para los hombres y mis inicios fueron muy duros, porque ellos se metían mucho conmigo creyendo que sólo pensaba ganarme la vida con mi cuerpo". Del veterano Johnny Cash recibió, en cambio, los primeros elogios y palabras de ánimo.
En la década siguiente Dolly Parton consiguió colocar en el número 60 de las listas de éxitos de Billboard su canción "Jolene", que Rolling Stone, popular publicación, elogió como "una de las mejores canciones de todos los tiempos". He consultado el volumen Top Pop de singles de aquella acreditada revista musical norteamericana, del periodo 1955-1986 y allí figura en dieciocho ocasiones citada en su "hit parade". En 1977 fue número 3 con "Here You Come Again". Y, por fin, número 1 en un par de ocasiones, la primera en 1980, con "9 to 5", tema central del filme de igual título y, tres años más tarde, con una pieza compuesta por los Bee Gees, "Islands in The Stream", a dúo con Kenny Rogers, con quien alternó en varias ocasiones. Sin embargo, aunque sólo llegara al puesto número 53 en 1982, hay un tema escrito por ella misma (como la mayoría de los ochocientos de su repertorio habitual) que trascendió más, una maravilla: "I Will Always Love You", que con anterioridad había figurado en la banda sonora de su segundo filme, La casa más divertida de Texas, donde se emparejó con Burt Reynolds.
Llamó la atención de Elvis Presley, quien trató de obtener la autorización de Dolly Parton para interpretarla. El "Coronel" Tom Parker, mánager del rey del rock and roll, se entrevistó con ella. Pero obtuvo una firme negativa porque lo que pretendía este avispado productor era quedarse con más del cincuenta por ciento de los derechos de autor. Todavía, mucho tiempo después, ya en 1992, "I Will Always Love You" proporcionaría a Dolly Parton, amén de buenos dividendos, la satisfacción de que Whitney Houston realizara una bellísima versión incluida en la banda sonora de El guardaespaldas, éxito cinematográfico del galán Kevin Kostner.
Son cerca de cincuenta años los que Dolly Parton lleva cantando. Célebres son sus duetos con otros grandes del country, aparte de los ya citados con Kenny Rodgers: con Linda Ronstadt, con Emmylou Harris… Su contagiosa vitalidad actuando es una de sus mejores bazas artísticas, contando con su explosiva voz, desde luego. Lleva vendidos más de cien millones de álbumes y ha recibido siete Grammys. Ha desarrollado una intensa actividad siempre, también en la televisión y el cine. Con shows propios en la pequeña pantalla; con películas taquilleras, caso de la antes mencionada "9 to 5", que en España se tituló Cómo eliminar a su jefe, junto a Jane Fonda y Lily Tomlin. En Magnolias de Acero apareció en un reparto lleno de glamour: Sally Field, Shirley McLaine, Daryl Hannah, Julia Roberts…
Polifacética, Dolly Parton publicó una serie de libros cuya temática va desde relatos para los niños hasta recetas de cocina, amén de una autobiografía: Mi vida y otros asuntos pendientes. Es propietaria de un parque temático, Dollywood, situado en Pigeon Forge, estado de Tennessee. También de un restaurante. Mantiene una Fundación cuyos beneficios van destinados a la educación de niños de familias necesitadas. Y es productora de programas de televisión y películas, la última, estrenada en las pasadas Navidades: Escudo de muchos colores, que tuvo una audiencia de trece millones de telespectadores a través de la cadena NBC.
De lo que se sabe menos de Dolly Parton concierne a su vida privada. Ha llegado a airearse la especie de que es lesbiana, al ser idolatrada por una legión de admiradores gays. Ella niega que lo sea, aunque reconoce ser un icono para esos colectivos. Lo cierto es que se casó hace cincuenta años con Carl Thomas Dean, que dirige una empresa de pavimentación de carreteras. Un gran desconocido para el gran público, quien prefiere no salir fotografiado con su mujer y esperarla en su casa de campo, cuidando de los animales que poseen. Se conocieron casualmente en Nashville, la capital del country, cuando él se detuvo conduciendo su Chevrolet al contemplarla haciendo la colada en una lavandería. Eso ocurrió en 1964. Dos años después de su primera cita, se casaron. Y quieren festejar en el mes de mayo sus bodas de oro… celebrando otra ceremonia nupcial para reafirmar sus votos matrimoniales. Lo que no quisieron es tener hijos.