A día de hoy, ser Cristina Pedroche implica estar en el foco de atención. Desde que se conociera su relación con el chef David Muñoz, su popularidad no ha dejado de subir. Muy activa en redes sociales, ha protagonizado las campanadas mas polémicas dos años seguidos. Y llamar tanto la atención también tiene su lado oscuro. Puede gustar o no, pero el insulto gratuito es difícilmente soportable para cualquiera.
En una entrevista en el El Mundo, la presentadora denuncia las barbaridades con las que lidia: "Twitter me asusta. 'Guarra, zorra, foca, gorda'... Es un continuo en mi timeline. Si te costara dinero meterte con alguien en redes sociales, se reducirían esas violaciones. A veces me siento violada por las bestias", asegura Pedroche. A pesar de semejante frase se lo toma con filosofía: "Están solos, probecitos. Me dan ganas de buscar a ese chico y darle un abarazo, porque a quien le nace eso dentro es que está muy triste", haciendo referencia a un individuo que le deseó la muerte a su abuela cuando estuvo enferma.
También opina sobre la polémica que nació a raíz de que presentara las campanadas semidesnuda. Y se pone sarcástica: "Pido perdón a esa gente que se ha sentido dañada porque yo haya sido libre al elegir un vesitdo". Y añade: "Sí, es un pecado salir así. Pero hay mucho pecador, eh, que subió la audiencia por arriesgar y no tener vergüenza". Libre para elegir vestido y ¿libre para subir la audiencia?