Bertín Osborne ha acabado el año a lo grande. Su programa en TVE En la tuya o en la mía, la gran sorpresa de audiencia de este 2015 que acaba, anotó nada menos que un 18.2% y 3.194.000 espectadores, convirtiéndose de nuevo en líder de audiencia. Un dato de enorme valor, teniendo en cuenta que Bertín estuvo seguido de cerca por el episodio más mítico de la saga Star Wars, Una nueva esperanza, que obtuvo un 15% y 2.402.000 espectadores.
Los invitados de la noche fueron Ramón García y Anne Igartiburu, dos de las figuras más conocidas del audiovisual español y presentadores de las campanadas de TVE. Ambos se abrieron al presentador de En la tuya o en la mía, que no tuvo reparos en tutearlos y extraer todo tipo de confesiones. Tras la conversación por separado con Bertín, los tres se pusieron a los fogones para cocinar la cena, una tortilla y un marmitako.
Ramón García, que este año volverá a presentar las campanadas, contó sus peores momentos presentando uno de sus concursos más populares, el célebre ¿Qué apostamos? en TVE. Durante una de las pruebas, le encerraron en una jaula con un tigre, que le propinó un enorme zarpazo que, afortunadamente, no tuvo muchas consecuencias. Ramón explicó a Bertín que le sacaron con disimulo mientras las cámaras grababan, pero que se fue a casa "con la cara blanca".
Otro, de índole más íntima, fueron los problemas que tuvo en esa época para tener un hijo con su mujer Patricia. "Al final lo logramos y en una revisión a la que no pude ir porque estaba grabando, me dijeron que lo había perdido".
El presentador habló también de su relación con Ana Obregón, con quien presentó un gran número de concursos y eventos durante los 90, incluyendo el citado espacio. "Presentábamos todo" -reconoce, pero "sino tuviéramos esa química, habría sido imposible". Para él, Obregón son dos personas: "la compañera que conozco, buena madre y buena hija, y después la loca con gracia delante de la cámara". Dijo además que ella se prepara mucho antes de salir ante las cámaras.
También ha asegurado que este 2015 es especial, ya que lleva 20 años presentando las campanadas. "Cada vez que subo me despido de la Puerta del Sol porque pienso que es el último", confiesa. Y precisamente al respecto de esto, también subrayó que pese a su éxito actualmente no tiene ningún programa en emisión, lo que le está reportando momentos "duros". "Bertín, en Estados Unidos, tú y yo estaríamos presentando programas hasta morirnos, pero aquí hay una tendencia a retirar a la gente a los 50 años", bromeó al respecto.
El trauma de Igartiburu
Por su parte, la vasca Anne Igartiburu habló de sus momentos más difíciles, que en su caso pertenecen a la juventud. La presentadora habló del fallecimiento de su madre en un accidente cuando ella tenía 16 años, un trance del que cada uno en la familia salió "como pudo" pero que dejó recuerdos de profunda "soledad". "Ella era maestra y estaba de voluntaria en un grupo de rescate de montaña, iba en un helicóptero y se estrelló".
Hasta ese momento, la vasca llevó una vida más rupestre de lo que se podría pensar. En su casa no había televisión, y su educación estuvo basada en la naturaleza y la música. No todo fue trágico en su relato: también habló de sus primeros días de casada con el músico granadino Pablo Heras-Casado, declarándose "feliz, feliz".
Igartiburu quiso borrar la imagen de fría y distante que en ocasiones se tiene de ella, y se refirió a los momentos más difíciles de su carrera, que en su caso fue informar de dos muertes recientes, la de Álvaro Bultó y María de Villota. En el caso del presentador y paracaidista, "mi primera impresión fue llamarle, para comprobar que eso era cierto. Acababa de hablar con él y estaba feliz".