Colabora

La única noche de amor de Gilbert Bécaud con Elga Andersen

Bécaud -de cuya muerte se cumplen 14 años- compuso "Et Maintenant" inspirándose en la única noche de amor que vivió con Andersen.

Gilbert Bécaud | Cordon Press

Hace catorce años que murió uno de los más grandes intérpretes de la canción francesa: Gilbert Bécaud. De las cuatrocientas canciones de su repertorio destaca sobremanera "Et maintenant". Es una historia melancólica que vivió él realmente. Todo ocurrió cierto día de 1961 durante el vuelo París-Niza. Coincidió en ese trayecto con la actriz Elga Andersen. Simpatizaron en seguida. Al punto de que pasaron la noche juntos, regresando a la capital francesa al día siguiente en el mismo avión.

Como quiera que Bécaud la hallara algo alterada le propuso ir juntos a su casa de campo, una cabaña en el bosque de Chesnay. Elga Andersen se mostró muy inquieta. Entonces, Gilbert se dirigió a donde estaba su piano, levantó la tapa y en un rapto de inspiración comenzó a tararear una melodía y esta frase: "Et maintenant, ¿qu´est-ce que ye vais faire?" En un solo día compondría la música, en tanto su musa ocasional, Elga Andersen, ya no estaba a su lado.

La letra de la canción, que le escribió su colaborador Pierre Delanoë, traducida al español, quedaría así: "¿Por qué te vas, por qué te alejas? / fue sin querer que tu orgullo herí. / ¿Qué voy a hacer si tú me dejas? / Sin tu amor, todo me da igual, qué será de mí…". Concluyendo con esta dolorida frase: "¿Qué voy a hacer sin ti…?"

El 1 de mayo de aquel 1961 la voz de Gilbert Bécaud se dejó escuchar en todas las emisoras de radio francesas y "Et maintenant" llegó al número 1 de las listas de éxitos durante seis semanas. Del "single" se vendieron cuatrocientos mil ejemplares de una primera tirada. Hizo también una versión en inglés, y en español. Shirley Bassey la popularizó en Inglaterra y en Estados Unidos Sonny and Cher. Llegaron a grabarse ciento cincuenta versiones en todo el mundo. Bécaud había escrito su partitura a ritmo de bolero. Muy probablemente partiendo del universal bolero de Maurice Ravel. Con "Et maintenant" se hizo millonario. Pero nunca volvió a encontrarse con la mujer que le había inspirado aquella triste melodía.

Se llamaba realmente Gilbert Léopold François Silly. La infancia del futuro astro de la canción fue un tanto desgraciada porque su padre abandonó el hogar. La madre se lió entonces con Louis Bécaud, de quien Gilbert tomaría su apellido artístico. Con nueve años ingresó en el Conservatorio de Niza, su ciudad. En busca de trabajo unos años después dio con un local donde buscaban un pianista, pero observaron que su vestimenta no era la adecuada: iba descamisado. Regresó con mejor aspecto, con un traje azul y luciendo una corbata también azul, de lunares. Se la había confeccionado su madre con el trozo de uno de sus modestos vestidos.

En toda su vida musical Gilbert Bécaud llevó siempre una corbata de esas características. Lo apodaron "Monsieur cien mil voltios" por la energía que desprendía actuando. Trabajó unos años como director de orquesta de Edith Piaf. Ya como solista estrenó inolvidables canciones, caso de "Lo importante es la rosa".

En amores, fue un donjuán. Se casó en 1952 con Monique Nicolás (Kiki), a la que engañó primero con Brigitte Bardot y luego con la mujer de Claude François, la bailarina inglesa Janet Woollacott. Monique le pidió entonces el divorcio. Cayó en los brazos de la cantante Jennifer Kay, para casarse con su último amor, la modelo norteamericana Ketty Saint-John, quien escribiría un libro sobre él. Gilbert Bécaud fue padre de cinco hijos con tres mujeres diferentes y además adoptó a un niño laosiano.

Vivía en una casa flotante en el río Sena. Fumaba continuamente y arrastró un cáncer de mandíbula desde 1996 hasta su muerte el 18 de diciembre de 2001 a la edad de setenta y cuatro años. Fue enterrado en el cementerio parisiense del Pére Lachaise. Sus canciones, en especial "Et maintenant", no se han olvidado. Varias de ellas fueron interpretadas por grandes intérpretes, como Frank Sinatra, Elvis Presley, Judy Garland, Nina Simone… Era un hombre cortés como comprobé las varias veces que lo entrevisté. Tenía un curioso tic, llevándose las manos a sus oídos en el escenario. Me explicó la razón: "Consecuencia de mis primeras grabaciones. Los estudios no reunían las condiciones necesarias. Yo no escuchaba bien las advertencias de los técnicos. Y hacía ese gesto de levantar mis orejas". Me reconoció que fumaba demasiado. Y ello lo llevó a la tumba, como certificaron los médicos.

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario