Pedro Sánchez confiesa a Bertín Osborne sus tácticas para ligar
El líder del PSOE dejó la política a un lado para hablar con Bertín Osborne de mujeres y de ligues.
El líder del PSOE visitó a Bertín Osborne para participar en En la tuya o en la mía, el programa de televisión que está arrasando en los índices de audiencia esta temporada. Casi cuatro millones de espectadores se congregaron ante el televisor para ver a Pedro Sánchez con Osborne. No ha sido el programa más visto hasta el momento –El Cordobés, la semana pasada, le superó por poco-, pero fue, una vez más, el espacio más visto del día.
A la mayoría de votantes socialistas probablemente no les haya gustado ver a su líder compartiendo confidencias con un personaje como Bertín, al que tachan en las redes de franquista y cuya presencia en TVE ha suscitado las críticas más duras por parte de la izquierda. A Sánchez no parece importarle ponerse (de nuevo) en contra a una parte de su partido si, a cambio, consigue que cuatro millones de votantes potenciales consigan verlo como un hombre sensato, alejado del radicalismo sectario de otros candidatos a los que pretende disputar el liderazgo de la izquierda española.
A Pedro Sánchez le gustó la entrevista de Bertín, con seguridad la mejor que le han hecho hasta el momento. El líder socialista se mostró como un buen tipo, alguien al que los españoles podrían entregar la responsabilidad de gobernar a España si no fuera porque, desde Zapatero, el PSOE es un grupúsculo muy mal avenido de intereses y personajes con capacidad suficientemente acreditada para cargarse el país en tan sólo un mandato más.
Bertín quiere "humanizar" a los políticos, noble tarea que los asesores de imagen de los partidos agradecen profundamente, desde que se han convencido de que las elecciones se ganan no con sesudos discursos programáticos, sino mostrándose naturales y divertidos en los programas de varietés.
Una de las pocas referencias políticas que surgieron en la conversación estuvo referida a la composición del Parlamento a partir del 21 de diciembre. Pedro Sánchez aseguró que el jefe de la oposición va a ser Soraya Sáez de Santamaría, poniendo de manifiesto sus tres principales temores. A saber: que Rajoy le venza en las elecciones (y lo mande a casa), que Pablemos le supere en escaños (y lo mande a casa) y que, en consecuencia, Susana Díaz se canse de él y decida hacerse con las riendas del partido (y lo mande a casa).
El desparrame socialdemócrata en el terreno íntimo tuvo también su espacio a lo largo de la conversación, cuando Pedro Sánchez contó que tuvo que pedir prestadas dos camisas a su hermano para poder llevar a cabo su campaña en las elecciones primarias del PSOE. Desde los descamisaos de Alfonso Guerra no habíamos visto una cosa igual.
El candidato socialista también reveló que era un avezado bailarín de break-dance en su mocedad y que le encantaría tomarse unas cañas con Esperanza Aguirre, la política con mejores piernas del panorama nacional. Mariano Rajoy, que visita a Bertín la semana que viene, lo tiene prácticamente imposible para superarlo.
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