No esperará Edurne que su "Amanecer" quede para la posteridad. O sí, pero no debería hacerlo si observa los últimos años en Eurovisión. Edurne espera ganar, como todos los participantes, pero si lo hace en Viena el próximo 23 de mayo, y la estadística es fiel a la historia, su canción no sonará demasiado. Es el precio que debe pagar este festival, cada vez más devaluado, cada vez más maltratado por prensa y público, pero, qué quieren que les diga, con un misterio irresoluble que hace que tenga ese encanto de siempre.
Desde que la sueca Loreen, con su extraordinaria "Euphoria" ganara el festival en 2012, ninguna canción ha sonado en las listas musicales más allá del mes siguiente a la celebración. Hoy en día aquel tema sigue sonando en discotecas de todo el mundo, pero casi nunca, desde mediados de los 80, encuentras un tema vencedor en el eurofestival que siga teniendo éxito después. Prácticamente ese mismo verano, la canción ha sido olvidada
Existen, como siempre, honrosas excepciones. Todas se remontan a finales de los 60, la década de los 70 y durante los 80. Entonces el Festival era muy respetado, una cita ineludible todos los años delante de la televisión. Desde el "La,la,la" de Massiel, éxito en todas las listas hasta dos años después del festival, pasando por el mítico "Waterloo" de Abba (vencedor en 1974), el "Save all your kisses for me" de Brotherhood of Man (1976), y el "Hallelujah" de Milk and Money, vencedor por Israel en 1979.
Fue una época ésta en la que incluso segundos y terceros clasificados alzaron su canción hacia las listas de éxitos. Karina no se puede quejar de la repercusión de "En un mundo nuevo" segunda en 1972, ni Cliff Richard de su "Congratulations", segundo el año que ganó Massiel. Pero incluso canciones que obtuvieron posiciones más retrasadas, en aquellos años, sonaban mucho después del festival. Olivia Newton John fue número uno en casi toda Europa con el tema "Long live Love" que llevó al festival en 1973, quedando en cuarto lugar. Por no decir los dos séptimos puestos que ocuparon Romina Power y Albano en 1976 y 1985 con dos de sus éxitos más sonados, "We’ll live it all again" y "Magic oh Magic"
En la década de los 80 fue éxito brutal en el Reino Unido la canción del grupo Buck Fizz "Making your mind up" ganador en 1981. También el "J’aime la vie" de Sandra Kim que ganó, por primera vez para Bélgica, el festival en 1986, y qué decir de Celine Dion, que ganó en 1988, representando a Suiza, e hizo que su canción sonara en todo el mundo. No sólo eso, sino que ella misma saltó a la fama en uno de los pocos casos en la historia en el que la participación en Eurovisión ha catapultado a un artista a un éxito mundial
A mediados de los 90 la canción vencedora comenzó a no ser tan recordada. Cambios en las reglas del festival, desaparición de la orquesta en directo y recelos por parte del público. Todo eso influyó a que, a partir de 1995, quizá el "Diva" de Dana Internacional (Israel, 1998), y el "Euphoria" relatado antes (Suecia, 2012) fueran los únicos temas que han sobrevivido al festival. Lo demás, carne de cañón del olvido más absoluto.
Quién esto escribe les dice, con toda la humildad, que ha sido de los que se ha sentado delante de la tele, durante los últimos 35 años, y por eso he observado de primera mano cómo el festival ha perdido mucha parte de su encanto y que hay años que el ridículo se impone a la seriedad. Es un festival degradado, pero con mucho seguimiento de público gracias a los Eurofans, un fenómeno indescriptible que abarrota cada año, la ciudad encargada de organizar el festival, de jóvenes y no tan jóvenes, histéricos por el certamen. Qué sólo sea por ellos por lo que siga teniendo repercusión. Al menos, lo agradecerán.