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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

Gabriela Chávez e Íñigo Errejón: ¿habrá boda?

¿Se imaginan que representantes del espíritu revolucionario de los dos continentes no se limiten al coito ideológico y emprendan, también, el carnal?

La cercanía entre el chavismo y los líderes de Podemos podría traspasar el terreno político para internarse en el amoroso. María Gabriela Chávez, hija del difunto gorila y embajadora de Venezuela ante la ONU, ha mostrado abiertamente su simpatía por Íñigo Errejón. Dado que la joven posee una fortuna considerable y dado que Errejón está canino desde que le quitaron la beca black de la Universidad de Málaga, no es descabellado que esa simpatía, que es mutua, pueda acabar en matrimonio. ¿Se imaginan que representantes del espíritu revolucionario de los dos continentes no se limiten al coito ideológico y emprendan, también, el carnal?

CÁSATE, TONTO
por Monsieur de Sans-Foy

Si dejas que se escape esa tunanta,
sabiendo que la tienes en el bote,
mereces que te den una somanta,
mereces que te corten el cipote.

¡Es hija de Hugo Chávez, casi infanta!
Da igual que tenga un poco de bigote...
Seguro que, al final, se te levanta,
pensando en los millones de la dote.

¿A ti no te preocupa tu futuro?
Arrímate a la niña del gorila,
que está igual de forrada que Maduro.

Ya sé que eres más bien poquita cosa...
Tranquilo, que en seguida te espabila.
Va a ser una experiencia religiosa.

OJO, ÍÑIGO, QUE ESTA ACABA CONTIGO
por Fray Josepho

María Gabriela Chávez, tormenta caribeña,
devastadora hembra, con temple de huracán,
desmesurado incendio… para tan poca leña:
¡te deja KO, Íñigo, con un tantarantán!

Le sobra la pujanza de la que tú estás falto
(perdona que te diga, mi escuálido Errejón).
La chama te hace añicos en el primer asalto,
con el ardiente ímpetu de la revolución.

Te saca hasta los tuétanos. Te deja inoperante.
Devora hasta tus gafas de cándido doncel.
Si el padre fue, en Caracas, gorila y comandante,
la hija es, en el catre, teniente coronel.

En fin, que no te dejes llevar por su dinero
(que no todo en la vida lo arregla el vil metal).
Y aquí, por otra parte, tu socio Monedero,
si hablamos de fortuna, tampoco está tan mal.

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