Mejide se ensaña con el pobre Cándido Méndez
El presentador de Cuatro apabulló al líder ugetista a cuenta de los casos de corrupción de la UGT.
El todavía secretario general de la Unión General de Trabajadores pasó anoche por el Chester de Risto Mejide, en el primer episodio de su larga despedida mediática del cargo fijada para 2016. Las cosas en la UGT se hacen sin precipitación y el ejemplo lo da el propio Cándido Méndez que, acosado por los casos de corrupción del sindicato, se ha tomado dos años para preparar el "relevo generacional", como Vicente del Bosque con la Selección.
Méndez hace ya tiempo que dejó de provocar indignación con sus soflamas populistas y sus alardes de sindicalista decimonónico. Ahora da lástima, porque hasta un sindicalista convencido como él merece respetarse a sí mismo más de lo que lo hace el líder de la UGT. Ni siquiera él merece que un personaje como Mejide se ensañe durante casi media hora, convirtiendo una entrevista televisiva en una sesión de tortura a un hombre ya sesentón, que debería estar celebrando su jubilación en lugar de intentar tapar los trinques del sindicato.
En contra de las evidencias que hemos visto documentadas por la Guardia Civil, corroboradas por los jueces instructores y publicadas en los medios de comunicación, Cándido Méndez insiste en que en la UGT "no ha habido facturas falsas" y que en su organización "nadie se ha enriquecido". Ni siquiera los ugetistas de Bankia, que con sueldazos de casi 200.000 euros a cargo de la caja arruinada, todavía necesitaban tirar de tarjeta black para fundirse otro dineral en caprichos varios. Nadie se ha enriquecido, no, y si lo ha hecho ha sido sin querer, como el referente del sindicalismo minero, que apareció un día en una sucursal bancaria con millón y medio de euros en billetes preguntando por la ventanilla donde se regularizan esas cosas o el famoso Juan Lanzas, que cuando vino a darse cuenta tenía billetes en el colchón de la cama "pa asar una vaca" según la sentencia materna.
Nadie ha trincado un euro ni el sindicato se financia irregularmente con los cursos de formación, decía Méndez, ajeno al jolgorio que su patética defensa de la virginidad ugetista provocaba en esos momentos entre la audiencia del programa. Y para acabar de arreglarlo, añadía a continuación que no cree que él vaya a acabar también imputado. El propio Mejide, que no suele tener piedad, se compadeció de su entrevistado y le permitió al final recomponer la figura rememorando el sofoco de la noche del 23-F, fecha en la que Cándido Méndez era ya diputado porque lo suyo con el socialismo es cosa vocacional.
Al final nos enteramos de que los veinte años de Cándido Méndez al frente del sindicato han servido para que el secretario general de la organización "madure como persona". Al precio que nos ha salido, mejor que hubiera optado por vivir en un estado de eterna adolescencia.
Lo más popular
-
El fiscal general puede ser acusado de un delito continuado al desvelarse nuevas filtraciones contra el novio de Ayuso -
Dimite el vicerrector de la UCM después de que un decano denunciara presiones por el 'caso Begoña Gómez' -
La "niña de papá" que quiere hundir el mercado de alquiler en Barcelona -
Begoña Gómez aporta correos que la incriminan por recurrir a la asesora de Moncloa para su Cátedra -
¿Por qué Lobato fue al notario? Esta es la causa que explica su temor al castigo por filtración de secretos
Ver los comentarios Ocultar los comentarios