Entre tantas letanías sobre Artur Mas y su prusés independentista, casi ha pasado inadvertida la adhesión de Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias, a los planteamientos de Urkullu, pues ha exigido para el archipiélago nada menos que la "soberanía compartida".
Oír tales palabros y levantarse las orejas de nuestros poetas, todo ha sido uno.
Veamos por dónde han salido.
EL CONCETO DE PAULINO
por Fray Josepho
Es la "soberanía compartida"
una noción difícil. Un conceto
que no me cabe bien en el soneto,
incluso ni de forma resumida.
A ver si usted, Sanfuá, lo dilucida,
que yo no sé muy bien dónde me meto.
Soberanía… ¿qué? Menudo aprieto.
Qué cosa más confusa. Qué jodida.
Esto de compartir (yo me imagino)
será seguir mandándole a Paulino
una buena porción de subvenciones.
Y, una vez se le dé lo que nos pide,
entonces es Paulino el que decide
lo que le sale a él de los cojones.
VAMOS A MEDIAS
por Monsieur de Sans-Foy
No sé si eres estúpido, Paulino,
o tanta autonomía te traiciona:
confundes la razón con la poltrona
y la velocidad con el tocino.
Soy malo, porque peco de adivino...
sin pruebas que conecten tu persona
(prodigio de gestión en la Eurozona)
y el ogro de Marruecos, tu vecino.
Si quieres compartir tus honorarios,
tu casa y tus depósitos bancarios,
que el mundo se desmaye por la hazaña.
Si quieres compartir soberanía,
comparte de la tuya, no la mía...
la nuestra, la de todos: la de España.