A Londres, a París. Fuera de España.
A mucho más allá del horizonte.
A la caza del gran rinoceronte.
A cultivar la vid en la Champaña.
A hacer de peregrino en tierra extraña.
A Arkansas, a la busca del bisonte.
A Pernambuco, a Tréveris. Al monte.
Al páramo. A la estepa. A la montaña.
A hacerme anacoreta o ermitaño.
A construirme un búnker en el baño.
A vagabundear por el desierto.
A Irak, a convertir a los infieles.
A donde me conduzcan mis pinreles.
O incluso, si me apuran, mejor muerto.