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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

Sandalias, ¿a favor o en contra?

Las diferencias entre nuestros poetas comienzan por los pies. ¿Son ustedes partidarios de las sandalias? Fray Josepho es entusiasta, pero Monsieur las detesta.

Las diferencias entre nuestros poetas comienzan por los pies. ¿Son ustedes partidarios de las sandalias? Fray Josepho es entusiasta, pero Monsieur las detesta.

Escuchen sus argumentos y tomen partido.

APOLOGÍA DE LAS SANDALIAS
por Fray Josepho

Las humildes sandalias. El calzado barato.
Las amigas ascéticas que preservan los pies.
Compañeras vitales de mi fiel monacato.
Peregrinas porfiadas por el campo a través.

Las sandalias modestas, sin postín ni boato.
Entrañables y místicas como el Pentecostés.
La estoicas abuelas del altivo zapato,
sudoriento, cerrado, despectivo y burgués.

Las flexibles sandalias, milagrosas y santas,
protectoras afables de mis dóciles plantas,
la derecha y la izquierda (que las quiero a las dos).

En estío son frescas, y es su tacto fraterno…
¡Meritorio es calzárselas cuando llega el invierno,
como hacemos los frailes, por la Gracia de Dios!

CALZADO DEL DEMONIO
por Monsieur de Sans-Foy

Te dicen Fray Josepho, que es un alias
herético... de mofa y vituperio
en contra del Sagrado Ministerio:
un alias que merece represalias.

Y encima, te presentas con sandalias...
¿Quién coño va a tomarte nunca en serio,
si no eres el abad del monasterio
ni vienes de la guerra de las Galias?

Calzándote esas cáligas absurdas,
te sumes en las ciénagas palurdas
de punkis, perrofláuticos y afines.

Que sepas, chatarrero de sonetos,
que ya ni los ingleses más catetos
las llevan como tú: con calcetines.

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